El último reporte de Diversidad de Género en Consejos de Administración, realizado en conjunto por Women on Boards 50/50 y el Centro de Investigación de la Mujer en la Alta Dirección (CIMAD) del IPADE, establece que sólo 241 mujeres son consejeras en las empresas del mercado accionario mexicano, de los 2 mil 523 puestos, es decir 9.6%. Si bien representa un avance respecto al 8.7% de casi un punto porcentual, todavía la brecha es muy amplia. Al mismo tiempo, solo 2.3% son consejeras independientes.
La mayor parte de las consejeras (32%) ocupan puestos patrimoniales, siguen las directivas relevantes con 27.8%, las independientes representan 24.5% y para finalizar las consejeras relacionadas conforman 15.8% del total de los puestos alcanzados por mujeres. Algo que vale la pena destacar es que el número de consejos que no tienen ninguna mujer va en descenso.
Gran parte de los países miembros de la OCDE se han dado a la tarea de incorporar mujeres en sus consejos de administración. Los países con mayor presencia son Francia (45.1%), Noruega (40.4%) e Italia (38.4%). México se encuentra por debajo de estos países y preocupa que varios países latinoamericanos también nos superan, como son Colombia (12.5%), Brasil (13.7%) y Chile (9.9%).
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Las empresas mexicanas necesitan contar con el talento femenino para competir a nivel internacional, no obstante, 25% de las que cotizan en las Bolsas carecen de mujeres en su consejo y tan solo 9% tienen más de 20% de consejeras.
Las mujeres dentro de las empresas aportan una visión complementaria a la masculina, por el conocimiento del mercado desde otra perspectiva. Su inclusión extiende la capacidad de análisis y brinda habilidades de liderazgo como la comunicación efectiva, empatía, trabajo en equipo y relaciones interpersonales constructivas, características necesarias ante los desafíos presentes.
El contexto requiere la aceleración del talento y la habilitación de mecanismos que posibiliten la incorporación a los consejos de más mujeres talentosas y capaces. Para ello se necesitan acciones por parte de las propias mujeres, de las empresas y respecto a las políticas públicas.
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Desde el ámbito personal, para fortalecer las capacidades de las mujeres y su acceso a los consejos, se puede recurrir a la preparación académica, así como al desarrollo de la experiencia en puestos de dirección. Estos aspectos son indispensables para ser consideradas como potenciales consejeras, pero no es lo único. También se necesita una red de contactos que las recomienden y posibiliten su acceso al consejo. La empresa que tiene una búsqueda activa, necesita saber que la candidata cuenta con los conocimientos, habilidades y que su aportación será significativa en el consejo.
La visibilidad se facilita cuando la persona es conocida en la industria y a nivel sectorial, por lo que se aconseja ser parte de redes, asociaciones sin fines de lucro y mantener un networking activo. Un elemento adicional para complementar el perfil para un consejo, es acceder inicialmente a un consejo consultivo o similar para adquirir experiencia. La preparación técnica también es fundamental, la cual depende del sector y del tipo de empresa. Por ejemplo, es recomendable tener conocimiento de finanzas, dado que la responsabilidad del consejo y la toma de decisiones, puede favorecer o afectar el desempeño de la organización, así como su rentabilidad. Conocer los mecanismos que inciden en estas variables facilita esta labor.
Desde el punto de vista de las empresas, es fundamental determinar tiempos máximos de duración para los consejeros. La rotación en los consejos mexicanos es muy baja, lo cual limita la posibilidad de incorporación tanto para hombres como para mujeres. Esta baja rotación puede afectar la capacidad de ver perspectivas distintas y complica enfrentar de manera eficiente y eficaz los entornos volátiles y de alta incertidumbre (VUCA) que se viven en la época actual.
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La mayoría de las empresas cuentan con un buen proceso de selección de personal, pero en el consejo carecen de criterios predefinidos que faciliten la elección de una buena consejera o consejero. Contar con un proceso de selección que priorice el talento, minimice los sesgos inconscientes y contemple ternas equilibradas por sexo, brindará consejeras o consejeros cuyas aportaciones sean enriquecedoras y fortalecerá la empresa.
Las mujeres y las empresas requieren adaptarse para generar sinergias positivas que conduzcan a mejores resultados empresariales y favorezcan su desarrollo en los ámbitos profesional, personal y familiar.
Yvette Mucharraz y Cano, Directora del Centro de Investigación de la Mujer en la Alta Dirección del IPADE Business School.
Karla Cuilty Esquivel, Investigadora Sénior del Centro de Investigación de la Mujer en la Alta Dirección.
Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.
