Por Julio Velázquez
Un siglo de acelerada industrialización creó la terrible consecuencia no deseada de gases de efecto invernadero que aquejan nuestra atmósfera, y hoy el tiempo con el que contamos para abordar esta crisis es cada vez menor.
A principios de marzo de este año, el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático emitió su más reciente evaluación, donde destacaba que “cualquier retraso en las acciones globales acordadas [contra el cambio climático] nos hará perder la pequeña ventana, que se cierra rápidamente, para asegurar un futuro habitable”. Por lo que toda organización, gobierno, empresa e individuo está llamado a sumarse a esta lucha activamente.
A partir de la experiencia de trabajar por un mundo más sustentable, me gustaría compartir algunas acciones que las organizaciones pueden incluir en sus planes de sustentabilidad para juntos ayudar a asegurar un planeta habitable.
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Para las empresas es clave establecer una meta de sostenibilidad a alcanzar y, de forma paralela, establecer los principios que guiarán sus acciones. Un ejemplo puede ser el plantear la reducción de la huella de carbono de la compañía con tres acciones: Optimizar el uso de la energía, generar energía solar en el sitio y comprar energía verde.
En caso de que alguna de las iniciativas planteadas no pueda llevarse a cabo, otra posibilidad es invertir en proyectos ajenos a las necesidades de la organización pero que sí ayudan a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en el mundo y, por supuesto, que cumplan los principios sostenibles de la empresa.
Este tipo de medidas permite a las organizaciones convertirse en patrocinadores y amplificadores de proyectos sostenibles, generando una compensación a las emisiones propias y al mismo tiempo crean un círculo virtuoso para que los desarrolladores o propietarios de proyectos energéticos mantengan sus altos niveles de calidad y puedan sortear retos financieros. Todo esto, mientras se buscan alternativas en el sitio que puedan complementar estos compromisos a largo plazo.
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Una práctica más, es incorporar la emisión de bonos sustentables. La ganancia neta de estos bonos ayuda a financiar proyectos nuevos y en curso de la organización, que al mismo tiempo permiten que inversionistas se unan a las empresas para abordar problemas graves. Creemos que estas inversiones benefician a las comunidades, empleados y partes interesadas, al tiempo que forman parte importante para cumplir las metas de sustentabilidad de las corporaciones.
Finalmente, la acción más crucial que podría compartirles es que siempre se pregunten cómo pueden operar sus empresas de una manera más sostenible. El apostar por nuevas tecnologías que generan y almacenan energía sin emisiones de carbono, así como métodos para acelerar la transición a una economía circular con niveles mínimos de residuos y contaminación, es respaldar políticas públicas que favorecen la acción climática a nivel mundial y procurar un mejor nivel de vida para todos.
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Desde nuestros primeros años como empresa enfocamos nuestras prácticas a fomentar la sustentabilidad a gran escala. Logramos una emisión neutra de carbono y operamos la nube más limpia de la industria al sustentar el 100% del consumo de electricidad anual para nuestras operaciones con energía renovable.
El tiempo que tenemos para actuar es cada vez menor, pero en conjunto, las acciones de cada organización pueden marcar una gran diferencia.
Julio Velázquez, director general de Google Cloud en México
Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.
