Lo llevamos en la sangre y es parte de la voz de la naturaleza.

De hecho, representa la razón de este viaje. Responder la pregunta “¿por qué?” hace que voltees al origen y a sus causas, por eso no se trata de ir hacia atrás, es más bien, buscar una explicación que olfatea el estado actual.

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¿Por qué brotó el Coronavirus?

¿Por qué algo invisible pausó el ritmo diario?

¿Por qué no lo anticipamos?

¿Por qué se minimizó?

¿Por qué se ignoran las medidas sanitarias?

¿Por qué no hay apoyo suficiente a médicos?

¿Por qué tener que elegir entre salud y economía?

¿Por qué se deja a un pueblo a su suerte en una crisis de esta dimensión?

¿Por qué no aprendemos como especie con una sola lección?

¿Por qué olvidamos que somos vulnerables?

¿Por qué nos distraemos de nuestro sentido de propósito?

¿Por qué somos tan repetitivos?

¿Por qué nos identificamos con lo que no somos?

¿Por qué pretendemos poseer lo que no nos corresponde?

¿Por qué depositar la atención y la energía en lo que sabemos, es estéril?

¿Por qué no somos un instrumento de inspiración propia?

¿Por qué necesitamos algo a lo que nos podamos aferrar?

¿Por qué la agotadora necesidad de describir y juzgar el mundo?

¿Por qué nos dejamos dominar por la apariencia?

¿Por qué preferir un punto de vista egoísta a uno altruista?

¿Por qué cultivar el hábito irrefrenable de fragmentar la presencia?

¿Por qué nos tomamos todo personal?

¿Por qué permitimos que la importancia personal nos devore?

¿Por qué no saber que tenemos un cuerpo, pero que no somos ese cuerpo?

¿Por qué nos hipnotiza perder el agente más valioso que tenemos: el tiempo?

¿Por qué no somos capaces de reconocer patrones y cambiarlos?

¿Por qué negociamos lo no negociable y no negociamos lo negociable?

¿Por qué tomamos por dada esta vida?

La pregunta más buscada este año en los buscadores fue “¿por qué?”.

El azoro rinde homenaje a su causa en un momento en el que no teníamos tiempo para azoros ni homenajes.

Preguntar asustados al nuevo médico, abogado, educador y confidente -internet- si todo esto ha sido un sueño, tampoco hace sentido. En el fondo sería indistinguible, como en un sueño no sabes que estás soñando.

Entonces, ¿qué hacer con tantas preguntas para las cuales hay tan pocas (buenas) respuestas? Abrazarnos. Por Zoom.

Ver a través de los ojos de la pregunta es otra manera de abrazarnos, ya que nos hace seguir siendo principiantes, lo que da oportunidad de mantener viva la curiosidad y bien puesto el asombro, no solo para #AhoraQueAcabeLaPandemia, sino para este instante. Y el subsecuente.

Simón Sinek propone que todas las preguntas graviten alrededor del “por qué”, por encima del “qué” o del “cómo”, ya no digamos del “quién” o del “dónde”. Responder al “por qué” hace que el fondo del asunto viaje a la superficie de una manera simple y reveladora.

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Pero en la pregunta hay una aspiración y tiene que ver con el propósito y la dirección de cada esfuerzo planteado. Un “por qué” invita a voltear a ver la fuerza, no para seguir, sino para reinventarse. Por eso no importa cuántas teorías des como ciertas, sino lo que haces con ellas.

Sí, han sido momentos complejos. Este estado de shock sostenido solo es interrumpido por el sueño, aquél para el que quisiéramos esta vigilia. Y las noticias lo han dejado de ser, como varias ideas preconcebidas han mudado de piel. ¿Por qué? Porque vivimos en una realidad cambiante e interdependiente, aferrados a lo contrario.

La experiencia depende del punto de vista, por eso el mundo, por más que se esfuerce, no puede ser responsable de dolor o felicidad. Piénsalo: los estímulos positivos o negativos no son los que determinan la naturaleza de la experiencia, sino el instrumento de interpretación de ese mundo de experiencia. Este es un ángulo para responder cualquier “por qué” y la invitación para seguir ese paso con un buen “para qué”.

Tal vez en este momento no haya respuesta para muchas de las preguntas en el ambiente, pero entrenar la capacidad de habitar el momento y saber que eres responsable de su interpretación, es mejor que el ejercicio de perfeccionar tu neurosis a la mano. Libertad es que reconozcas la capacidad para elegir dónde pondrás la mente.

Porque nunca se termina de aprender a vivir, siempre hay una oportunidad para aprender a cambiar de año. Que sea uno significativo.

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Contacto:

Eduardo Navarrete ee especializa en dirección editorial, Innovación y User Experience*

Twitter: @elnavarrete

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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