El trayecto hacia la transformación digital que han emprendido las empresas es un viaje constante, en el que no existe un destino específico, pero sí un camino que se va bifurcando y tomando nuevos rumbos a medida que se eleva la madurez digital, conforme el negocio evoluciona y responde a las cambiantes condiciones del mercado.
Esta ha sido la visión de un gran número de organizaciones en el momento de emprender una iniciativa de transformación digital. Así ha sido al menos en las últimas dos décadas, y se ha acelerado recientemente como consecuencia del confinamiento y el distanciamiento social provocados por la pandemia.
La madurez digital de una organización repercute ampliamente en todas sus áreas y actividades, abarcando aspectos como una mejor calidad de los productos y servicios, un nivel más alto de satisfacción de los clientes, y responder y adaptarse a los cambios en el entorno, los cuales contribuyen a mejorar su rendimiento financiero.
Transitar con éxito el camino hacia la transformación digital requiere integrar de manera coordinada recursos empresariales y capacidades tecnológicas, a los que en conjunto se les denomina “ejes digitales”. Éstos fortalecen y consolidan la madurez digital de una organización, a la vez que le proporcionan todos los beneficios financieros y operativos que le permitan crecer y prosperar en una coyuntura como la actual y futura.
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Los siete ejes digitales referidos son los siguientes, los cuales describimos brevemente a continuación:
- Una infraestructura flexible y segura. Ésta debe ser capaz de equilibrar las necesidades de seguridad y privacidad que requiere el negocio.
- Dominio de los datos. A fin de lograr elevar la eficiencia, los ingresos y mejorar la integración con los clientes, es vital reunir, activar y monetizar los datos que se han subutilizado, e integrarlos en productos, servicios y operaciones.
- Redes de talento abierto a la digitalización. Es esencial replantear los programas de capacitación para que se enfoquen en el desarrollo de competencias digitales, así como integrar equipos que sean capaces de adquirir rápidamente las habilidades necesarias y adecuarse a las necesidades de la organización.
- Participación del ecosistema. La colaboración con socios externos, como instituciones de investigación y desarrollo, incubadoras de tecnologías y empresas emergentes, abre el acceso a tecnología, propiedad intelectual o talento, lo que permite elevar la capacidad de una empresa de mejorar, innovar y crecer.
- Flujos de trabajo inteligentes. Implementar y adecuar procesos que aprovechen las capacidades humanas y tecnológicas para generar resultados positivos de manera consistente, y ejecutar acciones que eleven el valor.
- Una experiencia del cliente unificada. Ofrecer al cliente una experiencia a partir de una vista de 360 grados de éste, y que se comparta con toda la compañía, de modo que los clientes experimenten interacciones digitales y humanas que les sean útiles, las disfruten y sean eficientes en entornos inmersivos.
- Un modelo de negocio adaptable. Ampliar los modelos de negocio y las fuentes de ingresos mediante la optimización de las ofertas con el propósito de que la organización se adapte a las cambiantes condiciones del mercado y eleven sus ingresos y rentabilidad.
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Los ejes digitales se interrelacionan de manera funcional y coordinada, de ahí que desarrollar las capacidades de cada uno se traduce en mayores beneficios que, a su vez, redundan en una mejor salud financiera.
De igual forma, un rendimiento financiero superior está en concordancia con la propensión de las empresas más maduras digitalmente, con valorar la innovación y el crecimiento, así como en invertir en tecnologías de punta.
Las organizaciones, están perfectamente conscientes de que deben seguir madurando y apostando a su transformación digital que no parará pronto, y que los ejes digitales antes descritos les ayudarán a consolidarse en un entorno que continuará cambiando y siendo más competitivo.
Contacto:
Francisco Ibarra, Socio de Enterprise, Technology & Performance en Consultoría, Deloitte México.*
Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.
