A pesar de que el Covid-19 ha abierto muchas posibilidades, en edtech y fintech, por ejemplo, los empresarios de los mercados en desarrollo trabajan más duro para asegurar los recursos que necesitan y sorpresivamente ofrecen un gran legado a los emprendedores del mundo.

Entre sus enseñanzas sobre cómo hacer más con menos, aprovechar los lazos de la comunidad y reducción de costos. Sobresalen tres ideas: improvisación creativa, la formación como capital y la lógica no comercial.

Improvisación creativa

En la India, las empresas sociales Aravind Eye Care System, LifeSpring Hospitals y Ziqitza Health Care Limited, canalizaron  la experiencia para superar las restricciones mientras satisfacían las necesidades de la comunidad.

Por ejemplo, Aravind utilizó la planta de fabricación que estableció para producir lentes de bajo costo para cirugías de cataratas y también hacer sus propias suturas baratas. LifeSpring trasladó hospitales a zonas de tugurios para compartir ambulancias y operaciones de back-end. Ziqitza, en tanto, utilizó sus propias ambulancias para reforzar los esfuerzos de marketing.

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A los empleados también se les dieron múltiples roles. Las tres organizaciones priorizaban la contratación de solicitantes de empleo de orígenes pobres o locales. Aravind reclutó a graduados de secundaria de zonas desatendidas y les enseñó a realizar diferentes tareas en sus hospitales, campamentos y centros de fabricación.

LifeSpring, en tanto, contrató enfermeras auxiliares con menos experiencia en lugar de enfermeras o parteras graduadas, y las empleó en varias tareas en todos los departamentos mientras Ziqitza, capacitó a profesionales de la medicina alternativa para que fueran médicos de emergencia, lo que les permitió ganar más mientras la organización se reforzaba.

 La formación como capital

La orientación puede lograr que se genere un negocio boyante. Un ejemplo de esto es la capacitación en emprendimiento para superar las limitaciones financieras al iniciar negocios. Para ello se identifican y evalúan oportunidades de negocio, gestión de riesgos y generación de un flujo de caja positivo.

Así, en Uganda se impartieron asignaturas como administración de empresas, psicología y emprendimiento. Esto incluye sesiones sobre contabilidad, obtención de capital y gestión de finanzas.

En un grupo los estudiantes de este país africano, por ejemplo, recibieron 100 dólares para emprender un negocio y realizaron actividades empresariales reales como la identificación de oportunidades de negocio, adquisición de equipos y materias primas, manejo de deudores y acreedores, y venta de productos o servicios a clientes reales. La otra mitad de los participantes también recibió 100 dólares para iniciar un negocio, pero no recibió capacitación.

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Después de 18 meses, quienes recibieron capacitación fueron más propensos a estar familiarizados con conceptos financieros como el margen de beneficio, el flujo de caja, el ciclo de ventas y los rendimientos de la inversión.  La formación en emprendimiento, en sí, mejora el conocimiento financiero de los aspirantes a emprendedores y los ayuda a superar las limitaciones de capital.

Lógica no comercial

En Silicon Valley y otros centros de start-up en el mundo rico, los empleados y otros proveedores de servicios a menudo son remunerados sustancialmente con participaciones de capital. Gracias a la aceptación cultural de dicha remuneración, los empresarios pueden obtener los recursos mínimamente necesarios para probar nuevas ideas de riesgo con relativa facilidad. 

Hoy varios mercados emergentes, como Beijing, Bangalore, Bandung y Nairobi, adoptan lentamente este ecosistema basado en el mercado al estilo de Silicon Valley.

Como era de esperar, los empresarios de las economías emergentes a menudo movilizan recursos valiosos apelando a la generosidad y buena voluntad de la familia, los amigos y las comunidades locales, una lógica que no es común en el mercado, en la que la acción está motivada por un objetivo superior que no es ganar dinero.

La escasez inducida por la pandemia puede hacer que esta lógica no comercial sea más importante a corto plazo para los fundadores en ciernes en los mercados desarrollados, ya que les permite probar nuevas ideas de forma rápida y barata.

Por lo tanto, los empresarios, arrojen su red para los simpatizantes cada vez más, apelando a las lógicas de acción que no son de mercado, además del motivo de ganancias habitual. Si el propósito de su negocio es claro, independientemente de las perspectivas de éxito, la ayuda puede estar más disponible de lo que se cree.

Entre otras ideas geniales que aparecen en las economías emergentes está la formación de empresas familiares en México o la creación de comunidades orientadas a crear determinados productos en una región concreta, con lo que se reducen los costes de producción y se posicionan como especialistas en determinados insumos o bienes. ¿Qué otras ideas pueden aparecen en las economías en desarrollo?

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Contacto:

Julio César Briseño Cruz, CEO de Cenit Consultoría, Banca de Inversión.*

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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