Hoy puedes ser fan de alguien que no es necesariamente ni actor ni cantante. Las redes sociales han creado nuevos ídolos, y a algunos, incluso, los han convertido en millonarios.    Por Natalie Robehmed Antes, para entrar en el mundo del entretenimiento necesitabas ser descubierto. ¡Ya no más! Una nueva generación de estrellas del espectáculo se han hecho fama por sí mismas, y han sido pioneras en nuevos modelos para monetizar sus esfuerzos. “Hoy puedes ser fan de alguien que no es necesariamente ni actor ni artista, puedes ser fan de alguien que hace que videos de YouTube”, dice Cameron Dallas, una estrella de las redes sociales de 21 años de edad, quien inició publicando fotos en Instagram para construir una base de 8 millones de followers en la plataforma, además de 5.5 millones de seguidores en Twitter y 8.5 millones de seguidores en Vine. Desde entonces Dallas ha llevado su fama virtual al mundo real con el lanzamiento de MagCon, una compañía que reúne a estrellas de las redes sociales para encuentros reales con sus fans. Las entradas VIP para los eventos cuestan cientos de dólares y usualmente se agotan rápidamente, Dallas es una prueba de que los fans pueden convertirse en dólares. “Con un sitio web realmente puedes ser independiente”, coincidió Tavi Gevinson, editora en jefe de Rookie, una serie de revistas y libros independientes en línea. Hablando junto a Dallas y la violinista Lindsey Stirling ente un auditorio lleno de millennials de alto rendimiento en la segunda cumbre anual 30 Under 30 de Forbes en Filadelfia, Gevinson predicó las virtudes del ‘hágalo usted mismo’. “Hoy, Rookie tiene cuatro años, una oficina en Brooklyn y nuestro cuarto libro será publicado este mes. Todavía soy dueña de toda la compañía”, dijo Gavinson, la actriz de 19 años, fundadora y empresaria de los medios. Sin embargo, antes de Internet, el interés de Gevinson por publicar un blog de moda con atuendos extravagantes no habría sido posible. Al igual que con las publicaciones de Gevinson, Stirling cree que la independencia permite que la variedad salga triunfante. “Me dijeron que pensaba demasiado fuera de la caja como para ser comercializable”, dijo Stirling, que se describe a sí misma como una “violinista danzante” que produce videos coreografiados por sí misma tocando una mezcla de dance-pop en YouTube. Desde la primera publicación de sus videos en línea en 2010, la participante de America’s Got Talent tiene más de 7 millones de suscriptores en YouTube y sus videos suenan más de 1,000 millones de reproducciones; su segundo álbum, Shatter Me, alcanzó el número 2 en el Billboard 200. “La misma razón por la que me dijeron que iba a fracasar fue la razón por la que lo logré. Era diferente e intrigante”, afirma. Stirling cree las redes sociales han democratizado la música. “Los porteros ya fueron sacados de la ecuación, lo que permite que el arte único se ponga a la vanguardia, algo que nunca habría sido posible”, dijo Stirling. Al igual que Dallas, ha monetizado su apoyo en línea con presentaciones en vivo en su reciente Music Box Tour. A diferencia del modelo tradicional de ser descubierto y firmado por una disquera, Stirling dice que ése es sólo uno de los caminos para abrirse paso a la fama. “No hay razón para unirme a un sello discográfico, esos sellos ahora deben competir la gente común porque ya no son los porteros de la industria.” A sus 32, el moderador del panel, Taylor Hanson dijo que era el más viejo en la sala. Recordó las conversaciones en las que las disqueras se preguntaban por qué una página web aún era importante para un artista cuando “Mmmbop”, el éxito de Hanson sonaba en la radio durante los últimos años de los 90. Ahora, dice, artistas como Dallas, Stirling y Gevinson “tienen una voz a través de las nuevas plataformas”. “Aquellos que tenían algo que decir, algo que escribir, encontraron a su audiencia”, concluyó Hanson. Y esas audiencias les son fieles. Para Gevinson, la construcción de una base leal y paciente de seguidores ha sido importante dado que sus múltiples actividades a menudo le alejan de la composición. Cuando Gevinson estaba en Broadway el año pasado, tocando This Is Our Youth con Michael Cera y Kieran Culkin, la “actriz” estaba al centro del show. Cuando ella fue invitada a ser parte de la edición de octubre de NYLON, “editora” vino primero, como lo ha hecho durante su carrera de cuatro años como editora y fundadora de Rookie Magazine. Ella es el nuevo rostro de la campaña de Clinique #FaceForward, que celebra a los millennials, y el próximo año llegará a Broadway una vez más para interpretar un papel en la obra de Arthur Miller The Crucible. “La soledad es el gran unificador”, dijo Gevinson sonriendo. “Escribo sobre mi propia experiencia y si alguien conecta con ello, muy bien. Mi mayor esperanza es que alguien obtenga en Rookie una sensación de seguridad, inspiración o entretenimiento. Es una extra descubrir que cuando compartes o te muestras vulnerable, en vez de tratar de aprovecharse de las inseguridades de la gente, ésta se conecta con eso.” Y aunque estas conexiones hacen dinero para los artistas, también ofrecen a los fans un valor intangible. “Muchos seguidores me dicen ‘me ayudaste a salir de la depresión o a dejar de cortarme’”, dijo Dallas. “Algo tan fácil como la publicación de un video los mantiene felices, o hablar con ellos en Twitter les ayuda a darse cuenta de que lo que están pasando es temporal.”

 

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