Empresas de la industria petrolera nacional buscan no quedar marginados en nuevos esquemas de inversión en reforma energética; falta de financiamiento, la principal desventaja.     Aún no se presenta la iniciativa de reforma en el sector energético, pero la expectativa en torno a su contenido, en especial sobre la apertura y los esquemas de inversión de capital privado en Petróleos Mexicanos (Pemex) crece. Pero no se sabrán las nuevas reglas hasta que se discutan en el segundo semestre del año. Desde 2008, la inversión realizada por Pemex y sus organismos subsidiarios ha crecido 36%, de 18,600 millones de dólares (mdd) hasta los 25,300 mdd estimados para este año. Con la apertura a la inversión privada, los flujos de inversión podrían incrementarse más del doble no sólo en exploración y producción, sino en todo el sector energético, de acuerdo con el presidente de la Comisión de Energía del Senado, David Penchyna,. La única certeza hasta ahora es que se busca destrabar la entrada de capital extranjero,  volviendo al sector mucho más apetitoso para los grandes consorcios internacionales. La duda es que si todos tendrán las mismas oportunidades para pelear por las rebanadas del pastel. Empresarios de la industria nacional petrolera, que afirman ser alrededor de 50,000 compañías que generan un millón de empleos directos, han expresado su inquietud por que, una vez que entren las compañías extranjeras, las mexicanas queden marginadas a ser solamente subcontratadas, mientras que las grandes se llevarían la mayor parte de las ganancias, por lo que proponen que en la reforma se establezcan límites en la inversión foránea y se promuevan esquemas de coinversión. Penchyna Grub, uno de los hombres que será clave en la discusión de la reforma, comenta que más allá de los esquemas de inversión que se puedan conformar, la llave para volver relevante a la industria petrolera nacional será el acceso al crédito, por lo que también este ramo necesitará la reforma financiera para seguir siendo relevante.   Presentan estrategia, falta saber el ‘cómo’ A fines de febrero el presidente Enrique Peña Nieto envió a la Cámara de Senadores la Estrategia Nacional de Energía, la cual propone “instrumentar nuevos esquemas de contratación que permitan multiplicar la capacidad de ejecución de Pemex” además de “impulsar alianzas estratégicas con empresas líderes en el ramo”. No obstante, no detalla cómo serán los nuevos esquemas de contratación, si se permitirá la inversión privada en todas las áreas de Pemex o el tipo de alianzas que buscaría formar con las empresas. Algunos puntos que puede contener la reforma energética con respecto a Pemex son la promoción de alianzas estratégicas para diversificar el riesgo en exploración; construcción de nuevas refinerías, permitiendo la participación privada; fortalecer la industria petroquímica; impulsar los proyectos de exploración en petróleo y gas; y nuevas reglas en los proyectos de participación público-privadas, esto de acuerdo con la firma internacional de análisis de riesgos IHS.   Temor a quedar marginado Mientras se esperan los detalles de la reforma energética, empresarios de la industria nacional piden que también sean tomados en cuenta como actores relevantes en esta transformación y no quedar relevados. “No que solamente vengan los grandes consorcios internacionales y terminen subcontratando a las empresas nacionales para construir una planta, reparar un ducto o hacer el proyecto encomendado, dejando a las compañías al margen”, explica Erik Legorreta, presidente de la Asociación Mexicana de Industria del Petróleo (Amipe). El directivo del organismo, que engloba alrededor de 50,000 empresas del ramo y que generan alrededor de un millón de empleos directos, propone que dentro de la reforma se fijen límites de inversión extranjera y un mínimo de mexicana dentro de los proyectos, en una proporción de 70-30. “Esto al final le conviene a las empresas extranjeras, porque hay situaciones en la industria nacional que son totalmente desconocidas por los extranjeros y las mexicanas cuentan con el know how”, dice Legorreta. Esta medida no sería solamente para ‘proteger’ a la industria nacional, sino para impulsar su desarrollo. Pemex ha seguido de cerca el ejemplo de Brasil en cuanto al desarrollo de proveedores, contratistas y contenido nacional. El país sudamericano buscó capacitar a profesionales y técnicos, desarrollar una política industrial de apoyo a los proveedores locales y hacer un diagnóstico detallado de las cadenas locales para identificar fortalezas y debilidades. El presidente de la Comisión de Energía en el Senado, David Penchyna, asegura que de la apertura de inversión de Pemex también saldrá beneficiada la industria nacional. “El Congreso está armando una lógica de hacer las cosas bien, de poder defender con realismo y con prácticas adecuadas el capital de los empresarios nacionales”. El senador del PRI por Hidalgo agrega que las oportunidades de las empresas mexicanas también estarán en la inversión directa en proyectos de capital público-privado, por lo que no participarían solamente de la cadena productiva, sino que también les ayudaría a crecer.   Reforma financiera, la otra llave Erik Legorreta, de la Amipe, indica que al abrirse la inversión privada en los proyectos de Pemex, las industrias nacionales partirían en desventaja, pues las extranjeras llegan con esquemas de financiamiento ya armados e inclusive apoyados por sus propios gobiernos. “Como el sector es muy especializado técnicamente, se necesita una mayor oferta de créditos y financiamiento. Nos estamos tratando de poner a la vanguardia con la reforma financiera y este tipo de cosas puede llevarnos a tener una industria petrolera como Brasil y Noruega”, agrega. En el mismo sentido coincide el presidente de la Comisión de Energía, David Penchyna. “Antes de la reforma energética, nos hemos dado a la tarea de una muy ambiciosa reforma financiera, para que la falta de capital no sea excusa para que las empresas nacionales de la industria no puedan participar”. De este modo, otra reforma podría dar las condiciones necesarias para que empresas nacionales puedan competir y dar el salto cualitativo. Erik Legorreta así lo ve: “el día de mañana, estas empresas tendrán la oportunidad de transformarse, de ser prestadoras de servicios, a operadoras de servicios”.  

 

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