A una semana de que se presentara la propuesta, las acciones de América Móvil habían perdido un tercio de su valor, los mercados ahora se preguntan cuál será el impacto de los cambios en el desempeño corporativo de largo plazo.   ‘Slim pierde 4,672 mdd’ rezaban algunos titulares de prensa un par de días después de que el 11 de marzo se presentara la iniciativa de reforma al sector de telecomunicaciones. En la Bolsa Mexicana de Valores la acción de una de las firmas clave para el magnate mexicano (y para el IPC) se desplomaba rápidamente. Algunas semanas después, la acción oscila entre 12 y 13 pesos, y hoy no ha recuperado el terreno perdido y parece lejos de regresar a los 18 pesos que cotizaba en julio de 2012. “Para las empresas de telecom, los efectos de la reforma sí tendrán un impacto negativo en el largo plazo. No es que las principales empresas, como América Móvil, vayan a dejar de ser atractivas, pero el potencial en materia de precios parece haberse frenado”, explica Carlos Fristch, socio-director en Prognosis, Economía, Finanzas e Inversiones y analista en jefe de Grupo Financiero Interacciones. La reforma no es el único freno. Desde hace varios años, el tiempo de ‘vacas gordas’ para el sector parece haber terminado. La saturación en el mercado de telefonía celular, el estancamiento en el segmento en telefonía fija,  la decadencia de la larga distancia y el florecimiento de miles de servicios de mensajería por Internet  fueron fenómenos que dieron paso a una revolución en el sector de telecomunicaciones. En 2011, The Competitive Intelligence Unit dio a conocer que en México había un total de 95.2 millones de líneas de teléfono celular, creciendo a tasas de 10% anual. Telcel era el rey del mercado con un 70.3% de participación, seguido por Movistar con 21.6% , Iusacell, con 4.4% y Maxcom con 3.7%. A dos años, la proporción de mercado de telecom no ha cambiado mucho, por ello, la reforma plantea una desconcentración que podría convertirse en una pesadilla para América Móvil y sus accionistas porque implicaría que la compañía desincorporara activos para que la concentración del mercado disminuyera. Hasta el momento todo son escenarios de suposición. Tras la aprobación de la iniciativa en la Cámara de Diputados, la reforma será discutida y analizada en comisiones en la Cámara de Senadores. El plazo final oscila entre el 15 y 30 de abril. Entretanto, la artillería se activó por parte de América Móvil, pues tras las malas rachas, la empresa elevó la apuesta en recompra de acciones. La maniobra ayudó a frenar el ritmo de caída y ayudó a que el IPC regresara a números negros, pero la tarea más ardua sigue pendiente. “Lo que queda a las empresas para protegerse del impacto es buscar que la reforma diluya el grado de rigidez de las nuevas reglas, un escenario poco probable acorde a lo que se ve en las negociaciones. El reto ahora será buscar diferenciadores, dar servicios de más valor agregado y disminuir tarifas, un factor que no agrada ni a las firmas ni a sus resultados en bolsa”, explica Carlos Fristch. Para muestra basta un botón: en 2012, México representaba el 35.8% de las ventas de América Móvil a nivel global, pero concentraba entre 40 y 50% de las ganancias consolidadas, es decir, México era el país más rentable gracias a las tarifas que ostentan los servicios, un factor que podría revertirse y afectar los resultados corporativos de ésta y otras empresas en el sector en los próximos tres o cuatro años. La moneda está en el aire.   La TV se cuece aparte Tras la propuesta de reforma, la calificadora de riesgo Moody’s advirtió que la ley podría ser negativa para la calidad crediticia de Grupo Televisa, SAB (con nota Baa1 estable),  y América Móvil SAB CV (A2 estable). “La propuesta amenaza con afectar la cuota de mercado de Televisa, en televisión abierta y su creciente participación en los mercados de televisión de paga, y dejaría a América Móvil expuesto a una regulación más estricta y mayor competencia”, explicó la agencia. Las previsiones apuntan a que el Congreso apruebe la propuesta; en ese caso,  la nueva ley podría implicar desagregación de redes para proveedores de telecomunicaciones con cuotas de mercado superiores al 50% y las compañías extranjeras podrían tener luz verde para buscar ganar algo del mercado de contenidos en México. “Los cambios de la nueva ley no serían evidentes para cualquier empresa hasta que el gobierno emita reglas finales y un calendario para su aplicación. En cualquier caso, el proyecto de ley presenta un claro riesgo para las posiciones de mercado de ambas compañías, los márgenes y la solvencia global”, advirtió Moody’s. En opinión de Carlos Fristch, de Grupo Financiero Interacciones, la industria televisiva también sufrirá, pero será más difícil ver una oferta agresiva de contenidos extranjeros. “Las cadenas estadounidenses podrían buscar una incursión, pero siendo honestos, el reto de ‘pelear’ con la infraestructura de contenidos de una empresa como Televisa o incluso TV Azteca no es tarea fácil para ningún competidor”, afirma el analista.   ¿Quién más gana? Aunque en 2011 las empresas pequeñas, como Axtel, Nextel  y Maxcom no ostentaban ni el 4% del mercado de telefonía celular, podrían ser  las próximas en el ojo del huracán. La aprobación de la reforma implicaría que otros competidores en la industria a nivel global podrían voltear a verlas con intención de compra. “Para las firmas pequeñas viene un reto acompañado de oportunidad: crecer o venderse a un gran competidor. No sería difícil ver a Verizon, AT&T o el propio Vodafone interesados en la compra de las telefónicas con pequeñas participaciones de mercado, y aunque sería bueno para la competencia, es un fenómeno que tomará tiempo en materializarse”, explica Carlos Fristch.

 

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