El banco estima que la baja penetración del crédito en el país limitará los efectos de la nueva legislación.   Reuters El proyecto de reforma financiera anunciado este mes por el Gobierno de México no acelerará de inmediato la expansión del crédito en la segunda economía de América Latina, que sufre por una baja penetración de su sistema bancario, dijo Guillermo Ortiz, presidente del consejo de Banorte. El sistema financiero mexicano, en donde operan algunos de los principales jugadores internacionales, es visto como sólido y bien capitalizado, pues sobrevivió sin incidentes la crisis financiera de 2008-2009, y ha sido uno de los primeros en adoptar las más estrictas reglas de capital de Basilea III. Pero los banqueros son criticados por la baja penetración crediticia del sistema, que según la Encuesta de Acceso Financiero del Fondo Monetario Internacional llegó en 2011 a cerca de 19% del Producto Interno Bruto, contra un 40% en Brasil, la economía más grande de la región. A principios de mayo, el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto presentó el proyecto de reforma a unas 34 leyes que incluye medidas para fomentar el crédito y la competitividad y bajar el costo de los préstamos. “Tenemos en México uno de los sistemas financieros más sólidos y robustos del mundo, pero al mismo tiempo uno de los que menos prestan a nivel global”, afirmó entonces Peña. Pero en una entrevista durante el Foro de Reuters sobre Inversión en América Latina, Guillermo Ortiz, cuyo banco es el tercer mayor intermediario financiero de México por su cartera de crédito, dijo que esos cambios son positivos pero tardarían algunos años en dar frutos. “La reforma financiera no va a tener un impacto notable en el corto plazo”, dijo el ejecutivo, quien en el pasado se desempeñó también como gobernador del Banco de México y secretario de Finanzas del país. “Éste es un proceso en el que, si es exitoso, al cabo de dos o tres años veremos una aceleración de la penetración financiera en la economía”, añadió.   Necesario “formalizar” la economía La reforma aún debe pasar por el Congreso mexicano, donde el centrista Partido Revolucionario Institucional (PRI) de Peña Nieto no tiene mayoría absoluta. Representantes de la oposición han dicho que revisarán con lupa la iniciativa. Pero fomentar la oferta de crédito, añadió el banquero, es sólo una parte de la ecuación. México tiene que lidiar con la necesidad de sacar a grandes bloques de su economía del sector informal, cuya falta de documentación e historial de crédito complica ofrecerles préstamos. Seis de cada 10 de los mexicanos que trabajan en México lo hacen en la informalidad, y romper con la arraigada tradición de mercados callejeros no regulados y corrupción alrededor del comercio es uno de los grandes retos del Gobierno. “Los bancos tienen un problema importante para penetrar el segmento de empresas más pequeñas (…) que es un problema de información. ¿Cómo evalúa un banco el riesgo de prestarle a una empresa pequeñita, que está en el sector informal, que no tiene contabilidad, que no tiene historial de crédito?”, preguntó Ortiz. Y sin embargo, las empresas pequeñas y medianas, muchas de ellas informales, generan el 74% de los empleos y sólo reciben el 15% del financiamiento, se quejó el presidente Peña durante la presentación de la reforma.

 

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