La eventual aprobación de una reforma energética difícilmente se traducirá en una mejora de corto plazo para las expectativas de crecimiento en México. En un entorno en el que el panorama se torna cada vez más sombrío, ¿podrá la reforma energética dar el empuje económico esperado?   Por Roberto Arteaga, Viridiana Mendoza  y Francisco Muciño     Aunque fuera aprobada fast track, la reforma energética no detendrá la fuerte desaceleración que sufre la economía mexicana, y que llevará al país a crecer apenas 2% o menos este año. “Pese a lo que la reforma pueda lograr, es de considerarse que los efectos directos en la economía se sentirán hasta 2014, cuando se espera que sea adoptada”, asegura Alfredo Coutiño, director para América Latina de Moody’s Analytics. Las reformas estructurales se han visto como uno de los principales diferenciadores entre México y otras economías emergentes.  Los cambios estructurales representan una palanca que puede aumentar el ritmo promedio de crecimiento, que se ha mantenido en 2% anual en las últimas décadas. Marco Oviedo, economista en Jefe de Barclays, explica que la reforma de Peña Nieto -que propone contratos de utilidad compartida como principal estrategia de apertura-, tiene un panorama positivo aunque implicó pocas sorpresas. “No se trata de una reforma blanda, porque permite la participación del sector privado con mejores incentivos. El modelo de riesgo compartido ha sido implementado exitosamente en otros países, como Malasia, Ecuador, Bolivia e Irán, e implica una importante mejora a los marcos legales, sin embargo, la implementación exitosa de esos contratos de riesgo compartido dependerá del diseño y aprobación de las leyes secundarias”, señala el analista en un comentario. Crecimiento Pot RE En lo que va del año, las previsiones económicas para el cierre de 2013 se han ido deteriorando. El rango de crecimiento esperado por el Banco de México se redujo en un punto porcentual a entre 2 y 3%, mientras que Banamex ha adoptado una postura conservadora al prever sólo un 2% para el cierre del año. “Me parece que es aventurado dar cifras de cuánto va a crecer la economía, de cuánto van a subir  los empleos. Va a depender mucho de las leyes secundarias. Finalmente, el diablo está en los detalles. Ya vimos que en el 2008 con los contratos incentivados no hubo básicamente atracción de inversión”, advierte Miguel Ángel Toro, del Centro de Investigación para el Desarrollo, A. C. (CIDAC). El proyecto de reforma, presentado por el poder ejecutivo, anticipa la restitución de reservas probadas de petróleo y gas superiores al 100%, un incremento en la  producción de petróleo de 2.5 millones de barriles diarios actualmente a 3 millones en 2018, así como a 3.5 millones en 2025. Esto, en opinión del secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, aumentaría el potencial de crecimiento del PIB en un punto porcentual para 2018 y la generación de 500,000 empleos adicionales.   Efectos de (muy)  largo plazo Las estadísticas para calcular el impacto económico de la reforma incluyen la previsión de un aumento de 5, 700 millones de pies cúbicos diarios de gas natural que se producen actualmente, a 8,000 millones en 2018 y  10,400 millones en 2025. Al respecto, Francisco Funtanet Mange, presidente de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin) asegura que la iniciativa de Reforma Energética ofrece la oportunidad de explotar el gas natural del subsuelo del país y reducir los costos del combustible, lo cual haría que los industriales inviertan hasta 7,000 millones de pesos (mdp) durante los próximos tres años. Standard and Poor’s señala en un reporte sobre petróleo y gas en América Latina que “Petróleos Mexicanos tiene en el  mediano plazo otros proyectos con mayor prioridad respecto a recursos convencionales que aún tienen  oportunidades de desarrollo. Pemex espera que la producción de gas de lutitas comercial pueda comenzar a partir de 2015”. Potencial de Gas Shale en México Gas Shale   Puntos débiles Otro aspecto que vale la pena tomar en cuenta son los eslabones débiles en la propuesta: Por una parte, se dejó fuera la posibilidad de llevar a Pemex a la Bolsa Mexicana de Valores, y, por el otro, tampoco se abordó la problemática del Sindicato de la paraestatal. “Se expuso que habrá un reordenamiento del gobierno corporativo de Pemex, pero falta profundizar en la modificación de las subsidiarias. Tampoco dice qué pasará con el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), puesto que abrir áreas del mercado a privados y mantener a Pemex con un exceso de personal puede implicar obstáculos para la competitividad”, dice en un comentario Miguel del Toro, del CIDAC. El CIDAC considera que en la reforma falta, además, contemplar una apertura en el esquema de distribución eléctrica. “El consumidor pequeño siempre estará dependiendo de la CFE, que será el encargado de todas las redes de distribución, pues éstas tampoco se concesionarán regionalmente. En materia de transmisión, no es claro que la expansión en la red de transmisión se pueda hacer en conjunto con privados”, añade.

 

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