Las autoridades suizas anunciaron además una investigación criminal por el otorgamiento de las dos próximas sedes de las Copas Mundiales, en Rusia en 2018 y en Qatar en 2022.   Reuters La presión crecía el jueves sobre el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, al profundizarse el escándalo de corrupción que envuelve al organismo rector del futbol mundial tras advertencias de los grandes auspiciadores y fuertes críticas de políticos de Occidente. El mundo del futbol fue estremecido el miércoles por el arresto de varios poderosos dirigentes bajo cargos de corrupción presentados por las autoridades estadounidenses, que los investigan por sobornos multimillonarios. Pese a las declaraciones de la FIFA de que las cosas se siguen manejando de manera habitual luego del arresto de siete importantes dirigentes del futbol mundial, Blatter se mantuvo alejado el jueves y no participó de una conferencia médica. La ausencia del suizo de 79 años, que rara vez se abstiene de asistir a eventos de la FIFA y que a menudo se detiene en su andar para conversar con periodistas, fue notable el miércoles cuando no se presentó a un encuentro de delegados del fútbol africano, convocada en Zúrich antes del congreso del organismo el viernes. El jefe médico de la FIFA, el belga Michel D’Hooghe, dijo a los funcionarios de salud que “el presidente Blatter pide disculpas por no poder venir hoy por causa de las turbulencias de las que han oído hablar”. Esas “turbulencias” incluyen una operación policial al amanecer del miércoles en uno de los más lujosos hoteles de Zurich que terminó con el arresto de siete influyentes figuras del futbol internacional que ahora enfrentan la posible extradición a Estados Unidos bajo cargos de corrupción. Las autoridades suizas anunciaron además una investigación criminal por el otorgamiento de las dos próximas sedes de las Copas Mundiales, en Rusia en 2018 y en Qatar en 2022. Las autoridades estadounidenses dijeron que nueve funcionarios del futbol y cinco ejecutivos de medios y de promociones deportivas enfrentan cargos de corrupción que involucran sobornos por 150 millones de dólares. Estas acciones han desatado la crisis más grave en la historia de 111 años de la FIFA, donde las confederaciones parecen estar ahora intercambiando acusaciones entre ellas, apenas un día antes del congreso de la FIFA, donde se esperaba que Blatter fuera reelecto como presidente del organismo por quinto término el viernes. Blatter , que ha negado y sobrevivido denuncias de corrupción, dijo en un comunicado el miércoles: “Permítanme ser claro: en el futbol no hay lugar a malas prácticas y nos vamos a asegurar de que quienes están implicados sean expulsados del juego”.   Divisiones en el juego mundial  Mientras se abren diferencias en el juego mundial, la UEFA, la confederación del futbol europeo, pidió que el congreso de la FIFA y la elección del nuevo presidente se pospongan, en medio de insinuaciones de que podrían boicotear el evento. Sin embargo, la AFC, la federación del futbol asiático, respaldó a Blatter y dijo que la elección debería proseguir. El ministro de Relaciones Exteriores de Francia, Laurent Fabius, no estuvo de acuerdo, diciendo que la votación debería aplazarse a la luz de la investigación por corrupción. “Tendría sentido tomar algo de tiempo, ver qué es verdad y qué no y entonces las autoridades pueden tener un fallo, pero por ahora, esto está dando una imagen desastrosa”, dijo en declaraciones a France Inter Radio. Su par británico, Philip Hammond, dijo que había algo “profundamente mal en el corazón de la FIFA”, mientras que el ministro de Deportes John Whittingdale dijo que se necesitaba “desesperadamente un cambio en la dirección de la FIFA”. Gran Bretaña ha sido por mucho tiempo uno de los principales críticos de la FIFA y postuló sin éxito a la organización del Mundial 2018, que logró Rusia. Los fiscales suizos han abierto su propia investigación criminal sobre las acusaciones de malos manejos y de lavado de dinero vinculadas a la concesión de derechos para ser sede de ese torneo y del evento de 2022 en Qatar. Blatter recibió el apoyo, no obstante, del presidente ruso Vladimir Putin, que acusó a Estados Unidos de entrometerse fuera de su jurisdicción al arrestar a funcionarios de la FIFA. “Este es otro intento flagrante de extender su jurisdicción a otros estados”, dijo Putin, agregando que los arrestos eran un “claro intento” de evitar la reelección de Blatter y que el jefe de la FIFA tenía el respaldo de Rusia. La crisis también ha mostrado las profundas divisiones en la federación de fútbol de Francia. Michel Platini, presidente francés de la UEFA y firme rival de Blatter, apoya al contendor de este, el príncipe jordano Ali bin Al Hussein si la elección sigue adelante. Sin embargo, el presidente de la Asociación de Futbol Francés, Noel Le Graet, apoyó a Blatter dado que “él no conocía al príncipe Ali”. El australiano Les Murray, ex miembro del comité de ética de la FIFA, pidió la renuncia de Blatter tal como también lo han hecho los presidentes de las federaciones nacionales de varios países europeos como Inglaterra y Alemania. En tanto, los principales auspiciadores de la FIFA, muchos de los cuales han dado un apoyo irrestricto al organismo pese a las acusaciones de corrupción y sobornos durante casi 20 años, se mostraron crecientemente preocupados por los eventos de Zúrich. “Es importante que la FIFA haga cambios ahora, de manera que el foco se mantenga en lo que venga más adelante. Si la FIFA fracasa en hacerlo, les hemos informado que vamos a reevaluar nuestro auspicio”, dijo Visa.

 

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