La sabiduría convencional no permanecerá inalterable en la era pos pandémica. Deberán reinventarse las maneras de compartir conocimiento, servir y generar investigación. El Covid-19 acentuó disparidades preocupantes como la deserción escolar, que era del 40% entre los estudiantes blancos estadounidenses en 2017.

Ahora, los alumnos de bajos ingresos tienen 55% más de probabilidad de retrasar su graduación respecto a los que tienen mayores percepciones. Esto, mientras las instituciones se enfrentan a la caída de ingresos y aumento de los costos de salud y seguridad.

Las iniciativas de asequibilidad, e-learning y otras formas creativas de apoyar a sus estudiantes cuando recién inició la pandemia, ahora deberán multiplicarse por un lapso de al menos cinco o diez años.

Ante el imperativo de subsistir, las universidades pueden desvirtuar su propósito central o generar valores agregados que no repercuten en el incremento de su matrícula. Ante esto, vale remarcar cinco áreas cruciales para reinventar las universidades.

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  • Diferenciación.

La pregunta clave es: “¿Por qué debería ser conocida mi institución?” Hay muchas maneras de diferenciar, incluyendo la mezcla y los resultados de los estudiantes, el desarrollo de la facultad, las capacidades de investigación, instalaciones e impacto de la comunidad. Hacerlo puede servir a las universidades y a sus estudiantes mejor que las normas convencionales porque permitirá identificar y priorizar lo que hace única a una universidad, especializarse o hacer menos cosas mejor para mejorar los resultados. Y también crear un perfil distintivo para ser una fuente de resiliencia y permitir que las instituciones sobrevivan después de una crisis.

Cuando se logran definir las características de diferenciación, las universidades pueden dirigir de manera más eficiente sus recursos y lograr la especialización de acuerdo al perfil en el que busca posicionarse.

  • ¿Cómo podemos construir una institución diversa e inclusiva?

En la diversidad e inclusión hay lagunas considerables. Los esfuerzos actuales de educación superior son necesarios pero insuficientes, particularmente cuando la crisis Covid-19 afecta las vidas, los medios de subsistencia y la educación de los negros e hispanoamericanos. Por lo tanto, los líderes deben actuar con un sentido de urgencia, buscar oportunidades para fortalecer la diversidad e inclusión en todas sus instituciones, desde rediseñar el reclutamiento de estudiantes hasta actualizar la medición del desempeño de los docentes. Para ello puede requerir nuevas iniciativas estratégicas y medidas de rendición de cuentas, crear programas para fomentar oportunidades de diálogo entre grupos y promover el entendimiento entre carreras.

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  • ¿Qué servicios son necesarios para crear una experiencia estudiantil de alta calidad? 

La sabiduría convencional: Además del aprendizaje, las instituciones de educación superior deben responder a una amplia gama de deseos y necesidades de los estudiantes.

 Las instituciones de educación superior quieren ofrecer una experiencia agradable, y  algunos servicios estudiantiles son esenciales, pero desde 2010, los costos de los servicios estudiantiles aumentan más rápido que los costos de instrucción e investigación.

Así, se debe distinguir entre lo que a los estudiantes les gusta y lo que es necesario para servir a la misión educativa. Conviene analizar proporcionar menos servicios auxiliares pero mejores.

  • ¿Qué canales y modelos de entrega debemos utilizar?

El aprendizaje remoto y en línea están aquí para quedarse. La necesidad es determinar qué combinación de aprendizaje remoto y en persona ofrece la más alta calidad educativa y equidad. A medida que las instituciones refinan este modelo híbrido, tienen una oportunidad única en una generación de reconfigurar su uso del espacio físico y virtual. Pueden reducir el número de grandes salas de conferencias, por ejemplo, y convertirlas en cápsulas de trabajo flexibles o espacios de rendimiento o generar cursos diversos en los meses de verano.

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  • ¿Cuál es nuestro modelo de negocio?

Las universidades deben reimaginar sus modelos de negocio y considerar nuevas formas de operar, ya sea de forma independiente o a través de asociaciones que logran los mismos objetivos, a menor costo.

Contacto:

Jorge Manrique es Rector del Colegio Jurista.

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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