Las relaciones públicas son el aliado de cada marca, individuo u organización para que haga frente a cualquier situación sin renunciar a su identidad.     Por Mirta Bermúdez Pineda   Uno de los diferentes sectores en los que me he involucrado como asesora estratégica es la industria de la moda. En este mundo, un tema siempre recurrente son los listados de “los básicos del buen vestir”, donde nunca falta el clásico vestido negro o little black dress (LBD, por sus siglas en inglés), y su homólogo el traje negro. Las cualidades innegables de esta prenda, que le permiten ayudarnos a “estar listo para cualquier ocasión”, me parecen comparables con su gemelo del mundo de la comunicación de marca: las relaciones públicas. Cuando se piensa en las cualidades que definen a estas piezas irrenunciables de un buen guardarropa es evidente que las relaciones públicas funcionan de la misma forma, como el aliado que acompaña a cada marca, individuo u organización a fin de que esté listo para cualquier situación sin renunciar a su identidad. Si bien la analogía podría parecer superficial en el mundo empresarial, resulta práctica para poder construir una breve guía que nos asista para identificar un buen plan de relaciones públicas, con el cual, al igual que con esa prenda, se consiga preservar estilo y consistencia en la imagen que se transmite, tratando de acercarnos a la muy acertada y aún vigente visión de mademoiselle Chanel. Es así que compartimos las 5 cualidades a identificar en una estrategia de relaciones públicas para determinar si el “guardarropa” de comunicación de marca con que se cuenta tiene cubierto este clásico del buen vestir o, mejor dicho, del buen branding.

1. Durabilidad. Como el vestido que preserva su calidad, la vigencia de la estrategia prevalece fiel a la personalidad de la marca, organización o individuo.

2. Atemporalidad. La estrategia trasciende épocas, estaciones y coyunturas garantizando la consistencia a través del tiempo, como el vestido que rompe barreras de generaciones y modas para permanecer.

3. Versatilidad. Al igual que la prenda que se adecua con sencillez al tipo de evento, el plan de comunicación se adapta con facilidad y rapidez a diversos ambientes o audiencias sin renunciar a su esencia.

4. Neutralidad. Cada acción integrada a la estrategia mantiene consistencia al objetivo original sin entrar en conflicto con el resto de las acciones, de la misma forma que el vestido sirve de pieza base para cualquier ocasión.

5. Accesibilidad. La comprensión de las acciones parte de la estrategia y son fáciles de usar, tal como la pieza de vestimenta se integra naturalmente al guardarropa.

Vale la pena recordar que a las cualidades descritas les anteceden buena materia prima (información), un buen corte (diseño estratégico) y exposición, ya que un buen plan de comunicación, como un buen vestido negro, se le aprecia y valora más conforme se le usa y resulta útiles para más situaciones.   Mirta Bermúdez Pineda es Líder de la Práctica de Comunicación de Marca para Burson-Marsteller México. Especialista en comunicación estratégica y entrenamiento de directivos.     Contacto: Twitter: @BM_Mexico Facebook: Burson-Marsteller Latin America Página: Burson-Marsteller Latin American     Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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