Desde los tiempos antiguos en donde las épocas de escasez, ya fuera por sequías u otros factores detonaban una parálisis del comercio por inclemencias del tiempo o de estancamiento de la economía en general por factores exógenos, los bienes inmuebles han sido una de las mejores formas para enfrentar esas épocas de desaceleración económica. Habría que delinear antes qué es un bien inmueble, haciendo énfasis en que el término comprende todos aquellos bienes que tienen por denominador común estar íntimamente ligados de forma inseparable, física o jurídicamente al terreno, tales como las parcelas, casas, naves industriales, fincas, o las mismas cavernas que habitaron nuestros antepasados, es decir, son todos aquellos bienes que están intrínsecamente ligados al terreno, por lo que veremos que el sentido de propiedad es casi tan antiguo como el ser humano. Por ello, no es de extrañarse que, en la civilización sumeria, la primera gran civilización del mundo, la tierra se convirtió en símbolo de poder y base de su estructura económica. Lo mismo sucedió en el Egipto faraónico y la china de la antigüedad, las tierras eran la forma del control de los soberanos. Así, cuando los monarcas de civilizaciones antiguas necesitaban hacer frente a algún problema que repercutía en toda la población, incluyéndolos a ellos mismos, la tierra siempre fue un medio para socavar esas dificultades. Por ejemplo, en el siglo XVIII a. C., José el Soñador fue nombrado administrador de las tierras del faraón para evitar que los siete años de sequía los alcanzara, derrumbando el gran imperio. En contraste a las culturas orientales, Grecia y Roma fueron desarrollando un mercado inmobiliario incipiente, primero en Grecia dada su posición geográfica y su escasez de tierra y luego Roma, cultura muy influenciada por la primera. Los primeros remates de vivienda se dan en Roma, civilización basada en la propiedad privada y con un estado de derecho bien estructurado, en donde una de las penas mayores que se le imponía a un ciudadano era la subasta pública de sus propiedades. Así, un ciudadano que tenía conflictos o problemas económicos ya podía vender sus propiedades a través de los primeros agentes inmobiliarios quiénes ya desde aquel tiempo tenían muy claro que la ubicación lo era todo. Sin embargo, fue hasta el siglo XVIII y principios del siglo XIX que estos orígenes del mercado inmobiliario toman su forma en las sociedades más contemporáneas, lo cual trajo de la mano, la creación de las hipotecas para la propiedad privada. Es así como demostramos una vez más que una forma de poder desde la antigüedad han sido la posesión de los bienes inmuebles. Es por ello que la mayoría de las grandes corporaciones, empresarios y filósofos que han observado este patrón a través de los siglos, siempre han aconsejado adquirir bienes inmuebles y, si además, se hace con un gran descuento por sobre el valor de mercado, el spread que naturalmente se forma entre el precio de compra y el precio de reventa hace que los inversionistas generen más utilidad de una forma mucho más rápida de lo que podrían hacer con otros instrumentos financieros. En la actualidad, en México, así como en otros países, ha nacido la figura de los remates bancarios que son aquellas hipotecas que no pudieron ser pagadas por sus contratantes, por lo que el acreedor de la deuda y a quién pertenece la garantía inmobiliaria, es quién la pone en reventa con un precio muy por debajo del valor de mercado. Todo el proceso legal se lleva en  los juzgados civiles para asegurar el cumplimiento de las obligaciones.  El mundo de los remates hipotecarios en México es tan extenso como lo es su complejidad, sin embargo, no puede ser un asunto para empresas aprendices o abogados individuales, pues los inversionistas deben tener especial cuidado de quien litiga el juicio y  quién goza los derechos de la deuda. Los remates bancarios hoy en día, como lo ha sido en la antigüedad son un medio financiero y jurídico para mantener el equilibrio económico de una familia en un momento de estancamiento de la economía nacional pues son garantías respaldadas en bienes inmuebles que son adquiridos a un valor menor a su valor de mercado y como ya hemos explicado antes, la posesión de la tierra garantiza el poder en muchos sentidos tanto mental como económico. Es en épocas de parálisis económica los inversionistas pueden aprovechar aún más las  grandes oportunidades en garantías inmobiliarias, pues no siendo éste un bien necesario, las familias enfocan sus esfuerzos económicos en otros rubros de necesidad inmediata, por lo que pasan tres cosas:  1) La cartera de inversiones inmobiliarias respaldadas en garantías hipotecarias es más grande.  2) Hay menos inversionistas en el mercado.  3) Existe un número menor de proyectos de vivienda nueva, por lo que la oferta de vivienda es menor. Pese a que suena muy interesante invertir en remates bancarios en estas épocas, no se puede hacer a la ligera, ya que se tiene que hacer con una empresa sólida con la suficiente solvencia jurídica y ética. En este sentido destaca la labor de Grupo AITEX en el mercado mexicano, quien se ha vuelto el experto en los remates hipotecarios, pues es la empresa que tiene 18 años en el mercado de las casas de recuperación, posee una infraestructura legal, una rama inmobiliaria, una división valuadora y el expertise de todos estos años en los que han ido acompañando a los inversionistas de la mano.  Grupo AITEX ha elegido a la zona de la CDMX y la zona metropolitana para ubicar sus remates hipotecarios, lo cual lo ha hecho porque es en las urbes donde se encuentran la mayor parte de las viviendas de clase media y residencial y en donde el valor de las viviendas incrementan su valor año tras año, debido a que la localización es primordial en su valuación, tal y como lo sabían los antiguos romanos.  Grupo AITEX en una empresa sólida, con una amplia cartera de remates hipotecarios a un precio real de mercado ya que es claro que podemos encontrar excelentes oportunidades de negocio en el mercado, con utilidades del 30%, 40%, 50% y hasta el 60%, todo dependerá del tiempo en que el inversionista desee poner su dinero y el proceso jurídico en el que elija su remate bancario. Somos Grupo AITEX, los expertos inmobiliarios  que aprecian tu potencial.  

 

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