El avance de los trabajos de remozamiento de la Zona Colonial proyecta que se acerca el tiempo de recuperación de los comercios que han tenido pérdidas millonarias producto de las obras, y transforma esa área turística como un renovado escenario para hacer negocios.   Por Felivia Mejía El remozamiento de la zona colonial de la ciudad primada de América promete mucho y crea nuevas esperanzas de progreso para habitantes y comerciantes. Para la coordinadora del programa de fomento al turismo de la Ciudad Colonial, Maribel Villalona, los inconvenientes pronto serán temas del pasado y asegura que ya se reflejan resultados positivos del proyecto. “En estos dos años 320 negocios nuevos han abierto en la Ciudad Colonial, de acuerdo con un censo que realizamos. Ha habido una inversión y un movimiento económico de aproximadamente 100,000 dólares  de parte del sector privado más lo que hemos invertido nosotros, que casi alcanzan los 20 millones de dólares (mdd). Es decir, que hemos generado un buen clima de inversión”, opina. En los últimos meses se han visto viviendas renovadas, nuevos hoteles, una enoteca, restaurantes, reformas de negocios. Entre esos hoteles están el Hotel Billini y Casas del XVI. A la fecha, el programa ha invertido casi todos los recursos del préstamo que se había concebido para cinco años y están considerando solicitar un segundo préstamo al Banco Interamericano de Desarrollo. “El objetivo del programa es generar riqueza en esa zona y consolidar nuestra industria turística con un producto distinto a la oferta de sol y playa. Aquí estamos abriendo un nuevo centro para inversión porque están generando un clima adecuado”, puntualizó. Más de 60 millones de pesos de República Dominicana se han invertido en el arreglo de las vías, se han restaurado 70 fachadas de viviendas patrimoniales y al cierre de este año esperan concluir con 140 fachadas más. Villalona destaca que a pesar de estar aun en obras, han aumentado las visitas a la Zona Colonial. En 2014 se recibieron 73,089 visitantes, 23,556 más personas que en 2013 cuando se estimó que 49,433 turistas pasearon por la zona (lo cual representa un aumento de 48%). Además, resalta que ningún negocio ha cerrado sus puertas hasta el momento a causa de los inconvenientes que les generan los trabajos. Esa afirmación la secunda el presidente de la Asociación de Comerciantes de la Calle El Conde, Emilio Torres, quien se expresa optimista ante el futuro de esa demarcación. “Se ha recuperado mucho la confianza de que vienen tiempos muy buenos”, considera. Dice que se ha creado una expectativa “bastante importante que tiene un efecto positivo en el sector privado”. Indica que a la calle El Conde se sumarán nuevos negocios de venta de alimentos y bebidas y hoteles.   Pérdidas millonarias Sin embargo, así como ha generado grandes expectativas muy positivas en cuanto al turismo y la economía nacional, también ha encontrado duras críticas de parte de comerciantes de la zona, quienes señalan que han registrado pérdidas millonarias en sus negocios. Desde que el viernes dos de agosto de 2013 el presidente Danilo Medina diera inicio a los trabajos en la zona, las quejas no han parado. Uno de los afectados con las obras es Manuel Russo, gerente general de Columbus Plaza, donde se encuentra el restaurante Columbus Lunch. Su negocio, abierto hace cuatro años, ha tenido pérdidas que rondan los 20 millones de pesos de República Dominicana, dice. “La operatividad del turismo es muy complicada. Ese dinero que he perdido en dos años no se recupera de la noche a la mañana. Que la zona Colonial esté linda no asegura que vendrá la avalancha de turistas. Entiendo la parte del Estado que quiere justificar su obra, pero no es así de sencillo”, opina. Se queja de que les dijeron que romperían las vías en temporada baja y por secciones de 300 metros. Nada se cumplió. Abrieron al mismo tiempo varios tramos de la calle Arzobispo Meriño, que es donde por 40 años se encuentra la plaza Columbus, frente a la primera catedral de América. “En palabras se oye muy bonito, me gustaría ver los hechos. Nosotros no somos optimistas. Nos estamos enfocando en otro tipo de negocio fuera de aquí”, indica. De su lado, Juana Pacheco, propietaria de tienda de artesanías Mercado del Caribe, explica que despidió los dos empleados que tenía porque el negocio no está generando beneficios. La tienda, ubicada en la calle Isabel La Católica, le ha reportado más de un millón de pesos en pérdidas desde que intervinieron esa parte histórica de la ciudad de Santo Domingo. “Estoy sacando recursos de otros negocios para poder mantener este, esperando que la cosa mejore, porque tengo la esperanza de que esto se va a poner mucho mejor”, afirma. Dice que muchos propietarios de locales no están renovando los contratos de alquiler para rentar a otros inquilinos a un precio más caro. “Locales que cuestan 1,500 dólares, como este, lo están rentando por 3,000 dólares y hasta 3,500 dólares. Yo estoy en los tribunales peleando mi caso, porque quieren rescindir mi contrato”, detalla. En tanto que, Joaquín Cambeiro, gerente general de la fábrica de tabacos Caoba, indica que sus ventas han bajado un 40%, mientras que de 17 empleados que tenía despidió a cuatro. “Lo que hemos hecho es trabajar más en nuestras tiendas de Puerto Plata y Bávaro para poder sostener a esta”, indica.   Cabos sueltos Cambeiro, que tiene 40 años con el negocio de tabacos, señala que para que el proyecto realmente funcione hay que incluir facilidades en el área, como el acceso a sanitarios. Puso como ejemplo que los alrededores del parque Colón, punto a visitar casi obligado del turista, no existe un baño público, por lo que la gente tiene que consumir en un negocio aunque no quiera para poder tener acceso a un baño. “Hay que mejorar la iluminación en la noche, el tema de la seguridad es muy importante, recoger a los enfermos mentales que deambulan por la zona, eso es imperante”, indica. En respuesta a la necesidad de fortalecer la seguridad, la arquitecta Villalona explicó que se han instalado una serie de cámaras de vigilancia en puntos clave. Citó que en el Edificio Saviñón, que está en la calle El Conde con Duarte, se instala un centro de monitoreo para la visualización por cámara de la gestión turística y como parte de la estrategia de seguridad, que va a remitir al 911 la información de las emergencias. “Habrá un sistema que permitirá conocer la capacidad de carga de la zona, por ejemplo, controlar la cantidad de personas que entra a un monumento en un momento determinado”, agregó. Las obras están por terminar con algunos cabos sueltos, como es el tema del parqueo. A estas alturas apenas se han identificado nueve lugares que podrían servir de estacionamiento pero aun no se acondicionan ni se decide si será un servicio privado, público o combinado. Será cuestión de paciencia, para esperar que al final todo marche tan hermoso como están quedando las partes ya terminadas de la primera ciudad de América.

 

Siguientes artículos

Locura mundial
Por

En medio de esta locura, México vive obstinado los cambios al gabinete, y olvida que estará en elecciones permanentes lo...