Por Alejandra Aguilar Las empresas deben asumir un rol transformador en la sociedad, lo que se agudiza en Centroamérica ante la falta de capacidad de los gobiernos para satisfacer las necesidades básicas de la sociedad, considera Perla Puterman, fundadora del Foro Iberoamericano de Responsabilidad Social Empresarial. “La oportunidad de contribuir al mejoramiento de la sociedad centroamericana es inmensa, pero hay mucho poder económico que no está alineado con la sociedad”, explica Antonio Vives, director de la consultora especializada en sostenibilidad Cumpetere. Por eso, de acuerdo con los especialistas, los millonarios de la región deben apuntar hacia una distribución más equitativa. Consideran que, para lograrlo, no bastan los esfuerzos ocasionales o que respondan a emergencias; tampoco se requieren las visiones filantrópicas o de caridad que siguen prevaleciendo entre el empresariado del Istmo. Se trata de reconocer que el origen de las problemáticas sociales en la región no son coyunturales, sino estructurales, y que requieren esfuerzos de largo plazo, coordinados y sostenidos por parte de empresas, gobiernos y sociedad civil. Puedes leer: Ellos son los millonarios de Centroamérica y República Dominicana “La riqueza personal no es incompatible con la responsabilidad ante la sociedad, pero no es fácil lograr la alineación de objetivos”, explica Vives. El experto dice que ser acaudalado no es sinónimo de que la riqueza se haya obtenido ilegalmente, “pero puede no ser legítima”, ya que muchas veces las regulaciones y leyes se desarrollan bajo la influencia de quienes tienen más recursos. Además, acumular dinero implica utilizar recursos naturales y humanos por los que muchas veces no se pagan los precios justos, asegura el consultor de Cumpetere. En palabras de Carol Sanford, autora del libro El negocio regenerativo, “hay que dejar de resolver problemas para empezar a desarrollar personas”.

 

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