Por Mario Chao
La digitalización es un proceso ya presente en América Latina. Con el estallido de la pandemia las empresas se han tenido que adaptar a un entorno totalmente digital y sus estrategias de negocio han tenido que ajustarse, rompiendo viejos paradigmas. En este contexto, el marketing digital ha experimentado un crecimiento exponencial y se prevé que siga avanzando en los próximos años. Según el portal Statista, en 2021 la inversión en marketing digital en Latinoamérica fue de casi 11,000 millones de dólares, y para 2024 se espera que supere los 15,600 millones de dólares.
La comercialización de productos y servicios mediante estrategias digitales se ha vuelto prácticamente obligatoria para las empresas que quieren cumplir sus objetivos de negocio, tanto comerciales como de marca.
Según el estudio realizado por NTT DATA en alianza con el MIT Technology Review , “Marketing Digital en Latinoamérica”, un 70% de las empresas asegura haber aumentado su inversión durante el último año. Así mismo, los departamentos de marketing dedican más del 60% a marketing digital, porcentaje que se prevé que aumente a más del 85% en el futuro. Instagram y Facebook son las redes sociales favoritas para las empresas latinoamericanas, mientras que TikTok va ganando protagonismo y se prevé que gracias a su potente algoritmo llegue a ser la tercera red social más grande de la región en este año.
Este es el entorno donde ha surgido y se consolida el concepto de Martech, que fusiona la tecnología y el marketing para conseguir mejores resultados en las estrategias de marketing digital. Cada vez más empresas de la región quieren impulsar su presencia en este ecosistema por las ventajas que ofrece.
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No obstante, a pesar de los esfuerzos de las organizaciones en adaptar estrategias de marketing digital, existen aún varios obstáculos a los que se deben enfrentar. El primero de ellos tiene que ver con la omnicanalidad para mejorar la experiencia del cliente, es decir, que sus estrategias se encuentren alineadas en sus canales digitales y físicos generando una atención más rápida para conocer mejor las necesidades del cliente y brindar el servicio correcto.
Otro reto se trata sobre el uso de los datos. Hoy en día los datos se han vuelto vitales para las estrategias de las organizaciones, sin embargo, hay que tener en cuenta que no sólo es importante su recopilación, sino su uso inteligente e influencia en la toma de decisiones empresariales. Asimismo, existe un gran tema sobre la privacidad de datos, las compañías deben informar al cliente respecto a la manera en que se gestiona su información, hacerles entender que este aspecto puede ser beneficioso para ellos y no sea percibido como una amenaza.
Cuando se habla de marketing digital, la capacidad de ser lo suficientemente ágil y flexible como para generar rentabilidad en las estrategias es crucial. Las empresas latinoamericanas se encuentran en un ecosistema empresarial en continuo proceso de transformación que exige dinamismo y preparación, por ello, la agilidad se coloca como un reto a abordar en la región.
Las organizaciones deben tener en cuenta que la aplicación de la filosofía agile en el área de marketing, además de ayudar a la ejecución de sus estrategias, ayuda a los equipos a gestionar mejor sus prioridades, trabajar de forma incremental e iterativa y tener una mentalidad de mejora continúa abierta al cambio y a la innovación. Agilidad es una competencia clave de adaptación y productividad.
El auge de la digitalización coloca al marketing digital como una apuesta segura para reducir costos, mejorar el posicionamiento de marca y aumentar la rentabilidad de las empresas de América Latina. Cada vez el consumidor digital es más exigente y es fundamental que las compañías se adapten a los cambios de la industria y brinden una propuesta de valor única. Pero aún queda hacer frente a los retos que se presentan para que el marketing digital gane madurez en las organizaciones latinoamericanas.
Contacto:
Mario Chao, CEO de NTT Data México
Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.
