alphacredit

A José Luis Orozco y Augusto Álvarez les tocó conocerse a mediados de la década de los 2000, al interior de las aulas de la Universidad de Harvard. Mexicanos ambos, pero con backgrounds muy distintos, habían llegado hasta Massachusetts con la intención de hacer un Master of Business Administration (MBA).

Por un lado, José Luis, ingeniero de profesión, había trabajado principalmente en empresas relacionadas con la banca y el capital privado; mientras que Augusto, formado como abogado, contaba con amplia experiencia en negocios digitales, así como en temas de fusiones y adquisiciones.

Parecía, entonces, que no podía haber nada en común entre ambos, hasta que, finalmente, se dieron cuenta de que sí había algo que los dos compartían: emprender.

Y es que abrir su propia compañía había sido, en efecto, una de las razones principales por las que, tanto Orozco como Álvarez, habían decidido seguir preparándose (en Estados Unidos).

Forjaron, asi, una amistad que arrastraron hasta México y que acabó por ser esencial para el futuro de sus vidas, básicamente porque empezaron a buscar ideas para concretar su meta juntos. Inicialmente, su idea era adquirir una compañía a través del camino del search fund, vehículo de inversión que permite a los emprendedores levantar capital para comprar una empresa, por lo que, durante más de un año, mientras trabajaba cada uno por su lado, analizaron una gran cantidad de compañías de todo tipo de sectores.

Llegaron a evaluar, así, más de 240 compañías, hasta encontrar, finalmente, su camino. “Analizar tantas empresas nos permitió entender que habían muchas cosas por hacer en el sector financiero, porque, si bien existían, en aquel entonces, muchas firmas involucradas en esa ola, ninguna de ellas estaba siendo disruptiva”, relata Augusto.

En busca de la innovación

Fue entonces cuando ambos decidieron dejar de apostar por algo existente, para mejor intentar crear su propia compañía.

“De lo que nos dimos cuenta fue que el sector financiero llevaba años sin evolucionar, sin cambiar algo. Entonces nosotros apostamos por ser lo más disruptores posibles, apoyándonos, para ello, en la tecnología”, dice José Luis. Fue así como, en 2011, inauguraron AlphaCredit, una firma de tecnogía financiera, compañías hoy conocidas como fintechs, que tenía como objetivo actuar sobre una de las áreas donde más lejanía existía entre las empresas tradicionales y los clientes: el acceso al crédito.

“Estamos hablando del año 2011. En esos días, muchas menos personas que hoy eran tocadas por los bancos (pienso en un nivel socioeconómico C), ya fuera porque eran un grupo de personas que no les interesaban o porque resultaba muy caro para ellos acercarse. Entonces, nosotros vimos a la tecnología como la manera ideal para hacerlo”, cuenta Álvarez.

Su propuesta era simple pero novedosa: A través una plataforma en línea, decidieron acercarle a los consumidores la posibilidad de tener un crédito para consumo.

Afortunadamente, dicen los founders, su estrategia funcionó. Y es que, a nueve años de distancia, AlphaCredit aglutina 375,000 clientes, que se han traducido en 620,000 préstamos que la compañía ha realizado por más de 420 millones de dólares (mdd).

Alphacredit

“Quizá todo esto pudiera sonar muy romático, pero realmente la idea que teníamos en su momento, y que seguimos teniendo hoy, es la de empoderar a la gente con el apoyo del crédito”, advierte Álvarez.

Su premisa aún es vigente, ya que, a pesar de la distancia temporal que existe entre el nacimiento de AlphaCredit y este 2020, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), apenas tres de cada 10 mexicanos tienen hoy acceso a un crédito.

Pero el despliegue de la compañía no se quedó únicamente en México, sino que, en 2015, los emprendedores decidieron llevar AlphaCredit a Colombia, país que hoy ya contribuye con el 25% del total de los ingresos de la fintech, calculados en 216 mdd, en 2019.

Para impulsar el crecimiento de la firma, los emprendedores han levantado, hasta hoy, 183 mdd, los últimos 100 provenientes, en su mayoría, de SoftBank, siendo, en su conjunto, la cantidad más alta conseguida por una startup en México.

Ello la mantiene arriba de otros emprendimientos exitosos, como Kavak (175.3 mdd), Clip (153.9 mdd) o Konfío (144 mdd) Asimismo, la empresa ha conseguido, hasta hoy, un total de 1,800 mdd provenientes de fuentes que van desde la creación de un fondo de deuda hasta préstamos bancarios internacionales, en su caso de UBS, o la bursatilización, para poder cubrir la demanda de préstamos que atienden.

Crecimiento y retos del Fintech

Pero, ¿qué es lo que se propone hacer ahora la compañía? Los emprendedores detrás de AlphaCredit señalan, de manera inicial, que buscarán seguir trabajando en la expansión de los productos que ofrecen: crédito al consumo, crédito a las Pymes y un crédito de adelanto de ingresos para los trabajadores.

“Nosotros estamos trabajando para que nuestras soluciones se adapten a más clientes. Creemos que la oportunidad de seguir creciendo es grande, tanto en México como en Colombia o, incluso, en otros países nuevos que ya estamos analizando. Entonces, [en el futuro inmediato] vamos a estar enfocados en eso”, dice José Luis Orozco.

El emprendedor espera contar con un aliado para conseguir esto: el crecimiento de los servicios digitales, esto, derivado de la pandemia por el nuevo coronavirus SARS-Cov-2. Dichos servicios han experimentado un crecimiento en número de usuarios, explicable por el confinamiento que las personas han tenido que mantener en sus casas.

“Estamos conscientes de todo lo que va traer consigo la pandemia. Por un lado, el que los servicios digitales van a ser más buscados y, por el otro, que puede ser que suba la demanda de créditos para consumo y Pymes, por la [complejidad de la] situación económica. Nosotros estamos preparados para eso”, mencionó, con convicción, Augusto Álvarez.

A pesar del crecimiento que, durante todos estos años, ha registrado el sector de las empresas de tecnología financiera en el país, los emprendedores, quienes han seguido literalmente desde el campo de batalla, este avance, consideran que aún existen algunos flancos por mejorar El primero de ellos, comenta Álvarez, es que se siga avanzando en el fortalecimiento de la regulación aplicable en ese campo.

“Yo te diría que la Ley Fintech fue, en su momento, algo muy interesante; pero, aun con eso, sigue necesitándose un marco regulatorio más fuerte que motive la innovación y la competencia, porque me parece que esta ley que tenemos hoy sólo está hecha para los modelos de negocios actuales, pero no para lo que veremos en cinco o más años. Casi te aseguro que no lo es”, afirma. Finalmente, desde otra perspectiva, José Luis Orozco advierte que es muy importante que se siga trabajando en la generación de fuentes de financiamiento.

Si bien estamos hoy mil pasos adelante de lo que teníamos en 2011, la realidad es que el nivel de fondeo en México para startups sigue estando por debajo de muchos países, como, por ejemplo, Brasil; entonces, es necesario encontrar la manera de mejorar en este tema, aportando soluciones a largo plazo, porque [en este ámbito] existe mucho potencial”, concluye Orozco.

 

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