Pandemia vida mujeres

Las mujeres ya se debatían entre las labores en casa y el trabajo remunerado. Adicionalmente, con la pandemia, se creó una nueva jornada que consume su tiempo y energía. Nos referimos a la supervisión de la educación a distancia de los hijos.

Así lo señala Paula Santilli, ceo de PepsiCo Latin America. Su industria se ha visto fuertemente señalada debido a que la obesidad es una de las comorbilidades responsables de las complicaciones para los enfermos de Covid-19. La pandemia, además, representó un cambio de hábitos a nivel laboral en el plano corporativo para el talento de la empresa en México.

“Siento que en las crisis hay una oportunidad de ‘resetear’ las estructuras. Hay L una jornada adicional como maestra, pero también están en casa las parejas, y es un buen momento para cambiar la rutina; fue un cambio muy repentino, pero es una oportunidad de reconfigurar las tareas de un modo más equilibrado entre quienes integran la familia”, señala Santilli.

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Por su parte, Mónica Bauer, vp de asuntos corporativos de PepsiCo, explica que, durante la pandemia, llama la atención que justo los segmentos que ya eran identificados como los más vulnerables resultaron los más vulnerados, pues no sólo ha recrudecido la violencia contra las mujeres, sino que las cargas de trabajo siguen teniendo una distribución poco equitativa, pues 75% del trabajo no remunerado corre a cargo de mujeres.

“La mujer ha sido severamente impactada durante la pandemia y es necesario que se aborde [la situación sanitaria mundial] con una perspectiva de género porque, si no, va a ser muy difícil salir. La mujer juega un rol de cuidadora, y no sólo de los hijos, sino de los padres y, a veces, de los suegros. La violencia intrafamiliar ha aumentado y hay un problema también de salud, de embarazos no deseados y de falta de atención médica”, explica.


En el contexto económico, las directivas destacan que las mujeres están sobrerrepresentadas en las industrias y las plazas laborales más afectadas por la contingencia, en general, en el sector servicios, pequeño comercio y turismo. “También en el sector salud, 70% de los empleos son de mujeres. Económicamente, hay un golpe específico a la mujer, y la manera de salir adelante no es sencilla. Algunas tenemos el privilegio de estar conectadas trabajando en casa, pero no todas las mujeres tienen acceso a la tecnología o a este tipo de trabajos”.

En febrero, Paula Santilli y Mónica Bauer presentaron el libro El poder de poder, mujeres construyendo Latinoamérica. El texto busca el empoderamiento de las mujeres para lograr un desarrollo profesional integral, a partir de 12 reglas que promueven principios como el autocuidado y el bienestar emocional, que resultan clave para alcanzar y conservar posiciones de liderazgo.

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“Nosotros, en PepsiCo, siempre hemos tenido programas para que nuestra organización tenga equidad de género. Durante la pandemia, hemos profundizado la estrategia. Hemos podido abarcar a más gente en menos tiempo con un entrenamiento digital, por ejemplo. Creemos en la flexibilidad. Lo que debe pasar es que, a partir de la pandemia, otras empresas empiecen a implementar políticas benéficas para los empleados y las organizaciones”, señala Santilli.

Obesidad multifactorial

En el reporte global del segundo trimestre, PepsiCo reporta una caída de 17% para los ingresos procedentes de su división América Latina.

“A pesar de enfrentar desafíos y complejidades por la pandemia de Covid-19, nuestros negocios se desempeñaron relativamente bien durante el trimestre, con un notable nivel de resiliencia en nuestro negocio global de snacks y alimentos”, dijo Ramon Laguarta, ceo global de PepsiCo, en el informe trimestral de la compañía.

En México, la pandemia se conjuntó con la puesta en marcha de la reglamentación para el etiquetado de alimentos procesados, que exigió a las compañías incluir advertencias en los productos que pudieran rebasar los niveles recomendables de ingesta de calorías o de ingredientes como sodio o azúcar.

Santilli afirma que, si bien han cumplido a cabalidad con la reglamentación, lo que debería ponerse sobre la mesa es la naturaleza multifactorial del problema de obesidad en el país.

Mónica Bauer destaca que, más allá de la efectividad, las normas de etiquetado representan una contribución al impacto de la economía de los pequeños comercios, donde la mayoría son mujeres.

Con el etiquetado, vemos un impacto en la cadena de valor por la pandemia… y 60% de los dueños de tienditas son mujeres. En México y América Latina, se trata de tiendas que, en algunos casos, difícilmente están subsistiendo con la caída del comercio en la pandemia”, advierte.

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Para Santilli, existe la necesidad de que se promueva mucho más el deporte y se trabaje en programas educativos que fomenten un modo de vida más saludable. Esta medida “va a generar distorsiones en la comprensión del consumidor”. Santilli afirma que la inequidad en la regulación puede terminar por no traducirse en una reducción en la obesidad, sino en la pérdida de empleos e inversión.

“No nos gusta. No va a solucionar el problema y es un daño muy importante a la cadena de valor organizada. Nosotros tenemos una inversión enorme en Latinoamérica, pagamos los impuestos y cumplimos con las leyes; los informales no hacen lo mismo. La consecuencia es que, tristemente, se van a terminar perdiendo empleos en el agro, en la cadena comercial. Una cosa que a la inversión privada no le gusta son las inequidades en las reglas, que son muy perjudiciales para el desarrollo y el crecimiento del país”, añade la ejecutiva.

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