Los agricultores de cerezas del noroeste de Estados Unidos (Washington, Idaho y Oregón) buscan vender hasta 200,000 cajas de 18 libras (poco más de 8 kilos) de su producto para este verano en México.
El mercado local tiene potencial para importar hasta 1 millón de cajas y, a pesar de ello, la demanda no es tan alta como en algunos países asiáticos.
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“El mercado mexicano no es tan dinámico ni tan apasionado por estas frutas como lo pueden ser China o Taiwán, países donde se las arrebatan a billetazos. Siempre compiten para ver quién puede conseguir más”, señala Juan Carlos Moreira, representante de los agricultores de cerezas del noroeste de Estados Unidos.
Aun así, México importó casi 240,000 cajas de este fruto de verano (llamado así porque se cosecha en junio, julio y agosto) en 2015. De hecho, el país se disputa los lugares quinto y octavo entre las principales naciones importadoras de este fruto que, según se presume, es un buen antiflamatorio, un buen inhibidor del crecimiento del cáncer y un remedio que incrementa la calidad de sueño.
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Pero las cosas no son tan sencillas. Este año, el país vecino quería superar la cantidad de exportación que registró en 2015 y vender 300,000 cajas aquí, pero por el mal clima hubo una menor cosecha y, con ello, presión en la demanda de esta fruta entre los países asiáticos y el mismo Estados Unidos, por lo que quedaron pocas cerezas disponibles para México.
“El clima nos jugó mal este año. Teníamos una cosecha de cerezas en el noroeste estimada en alrededor de 22 millones de cajas, pero las lluvias de las últimas semanas nos bajaron el cálculo a 18 millones de cajas”, agregó Moreira.
México es el segundo mercado para productos agropecuarios de Estados Unidos, del que se importaron 19,220 millones de dólares (mdd), de acuerdo con la Secretaría de Economía (SE).
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Sin embargo, el país es deficitario en su producción de cerezas, a pesar de que es el principal exportador de productos similares (como, por ejemplo, frambuesas y fresas), señala el Consejo Nacional Agropecuario (CNA).
Moreira asegura que la venta de este producto deja un retorno de inversión para la persona que la sabe manejar y que cuenta con una buena cadena de frío establecida.
“La venta de este producto representa buenos retornos de inversión, por ejemplo, para los vendedores ambulantes en Guadalajara, quienes pueden ir comprar unas cajas en las central de abasto y las distribuyen en diferentes puntos de la ciudad todos los días”, señala el representante de los agricultores.
Cabe resaltar que México cuenta con una buena infraestructura de cadena de frío, que le permite conservar frutas frescas de temporada. Las cerezas llegan principalmente a las centrales de abasto de la Ciudad de México y de Gudalajara, para que las grandes cadenas de autoservicio, así como verdulerías, las adquieran y las comercialicen en todo el país.
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