En México, hablar de seguridad resulta un tema de suma importancia. Y es que, desde hace algunos años, quizás alrededor de una década, el país enfrenta una crisis severa en torno de esta situación, que no tiene visos de mejorar de cara al futuro.
De acuerdo con el “Índice de Ley y Orden”, de Gallup, nuestro país es considerado, al día de hoy, como el segundo territorio más inseguro de Latinoamérica, quedando únicamente por detrás de Venezuela. Pero la situación se agrava aun más, si se toma en cuenta que, según una evaluación hecha por el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y Justicia Penal (CCSPJP), en nuestro país están presentes seis de las 10 ciudades más peligrosas de todo el mundo.
Suscríbete a Forbes México
En la lista, destacan de manera negativa ciudades como Tijuana (Baja California), considerada como la más peligrosa; le siguen, del segundo al quinto lugar, Ciudad Juárez (Chihuahua), Uruapan (Michoacán), Irapuato (Guanajuato) y Ciudad Obregón (Sonora).
De esta manera, datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), advierten que, durante los primeros cinco meses de este 2020, el país registró un promedio de 2,970 homicidios al mes.
Es así como la inseguridad se posiciona como un problema que de ningún modo puede considerarse como marginal o secundario, sino que tiene la capacidad de impactar en prácticamente cualquier ámbito de la vida diaria de los mexicanos, incluidas las empresas.
Una evaluación hecha por la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) advierte, al respecto, que al menos seis de cada 10 empresas mexicanas acusaron haber sido víctimas de algún tipo de delito durante el año pasado.
¿Cómo están enfrentado, en tan negativo entorno, este problema? La salida recurrente es contratar empresas especializadas en seguridad, las cuales les brindan soluciones de protección, tanto a sus negocios como a sus usuarios e insumos.
Podría pensarse que se vive una batalla diaria entre meros polícias y ladrones, con guardias o custodios haciendo, en todo momento, rondines a pie para vigilar sus empresas; sin embargo, esta idea está, hoy más que nunca, alejada de la realidad.
La era de la inteligencia
Y es que, en los últimos años, las bandas ligadas a los diferentes ramos del crimen organizado, han evolucionado, pero también lo han hecho las empresas que están dedicadas a brindar servicios de seguridad, las cuales han incorporado un agente que hoy resulta clave para enfrentar esta batalla: la tecnología.
Se trata de un área en la que han estado involucrándose, inclusive, algunos gigantes globales, como Amazon, firma que, en 2018, adquirió la startup Doorbot, que, posteriormente, cambiaría su nombre por Ring, especializada en brindar, por medio de cámaras inteligentes, seguridad a los hogares.
En el mundo de habla hispana también se ha sentido la transformación de la seguridad, con compañías como Prosegur, firma pública de origen español que cuenta con 160,000 empleados, distribuidos en 26 países y que registró ventas anuales, en 2019, por 4,198 millones de euros (mde, 4,934 millones de dólares, mdd, al tipo de cambio histórico).
Síguenos en Google Noticias para mantenerte siempre informado
Así lo cuenta a Forbes México, Marcos Castillo, director de la empresa en el país. “Nosotros comenzamos a incorporar servicios tecnológicos a raíz de la crisis económica española que se vivió hace unos años: Por la falta de ingresos que estaban viviendo, muchas empresas para las que trabajábamos empezaron a recortar soluciones como la nuestra, lo que nos hizo repensar completamente las cosas”, comenta.
Fue así como la compañía transformó su modelo de seguridad tradicional con el que que llevaba trabajando varios años, enfocado principalmente en el empleo de vigilantes y sencillas cámaras de registro. El vuelco que dieron se orientó hacia un mecanismo que pudiera ser más económico y, a la vez, más eficiente, impulsado por el uso de tecnología de punta.
“Nos pusimos a pensar en qué pasaría si, en lugar de colocar en una compañía 100 vigilantes de seguridad, pusiéramos 70 y complementáramos con un panel de control inteligente, de interacción, desde el cual se pudiera hacer un seguimiento más certero de las actividades al interior de la compañía”, explica Castillo.
Es con esta innovación que hoy, menciona el ejecutivo de la compañía, se ha logrado establecer un sistema de seguridad que ha pasado de ser 80% reactivo, 10% disuasivo y 10% preventivo, a otro que es 80% preventivo, 15% disuasivo y sólo 5% reactivo.
“Hoy, la seguridad privada ya no es reactiva, ya no actuamos después de que la delincuencia roba un producto, sino que, gracias a la tecnología, podemos ser preventivos y dar seguimiento en tiempo real”, comenta. Pero, ¿cómo se vislumbra esta transformación en la vida diaria?
Marcos Castillo pone como ejemplo las soluciones que hoy se utilizan para evitar golpes de la delincuencia en tres segmentos específicos: banca, transporte de carga y tiendas de retail.
Objetivo: Proteger el ATM
La banca es uno de los segmentos de mayor transformación tecnológica en materia de seguridad. Hasta hace unos años, la prioridad de las instituciones era proteger sus sucursales contra robos en ventanilla, con ladrones a la vieja usanza y grandes cantidades de dinero.
Esto ya no ocurre. Según Castillo, de Prosegur, el foco principal de estas empresas está centrado ahora en proteger, más bien, el principal activo de las transacciones de las sucursales bancarias las 24 horas del día: sus cajeros.
Si bien se trata de máquinas con alto grado de protección, en los últimos años a través de ellas se ha incrementado la clonación de las tarjeras bancarias, fraude que, de acuerdo con el Banco de México (Banxico) creció en 2019 un 38%, generando pérdidas por 8,500 millones de pesos (mdp).
“Hace 10 años, estábamos enfocados en tener un guardia en la puerta de cada sucursal bancaria; hoy, dado que se reducido el robo en ventanilla, la seguridad ha pasado a enfocarse en la protección del ATM o cajero, dispositivo en el que la delincuencia coloca diversos dispositivos externos, desde pequeñas cámaras hasta carcasas de la propia máquina, para robar la información de las tarjetas de los usuarios”, dice el directivo.
¿Cómo se vigila hoy, entonces? Las áreas de cajeros de los bancos están siendo monitoreadas desde un centro especial todo el tiempo, con apoyo de Inteligencia Artificial, que permite a las empresas de seguridad ubicar exactamente cuándo algún delincuente está alterando el cajero.
Cuando se identifica este tipo de actividades, un grupo de vigilancia móvil que ronda las calles en constante movimiento, acude inmediatamente a verificar el ATM y a retirar cualquier dispositivo que pudieran colocarle.
En el radar en todo momento
Otro foco de las empresas de seguridad privada está en el resguardo de los vehículos terrestres de transporte de carga, los cuales son atacados con frecuencia por la delincuencia para robar su mercancía. Según datos de la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (Canacar), tan sólo en 2018, las empresas que trasladan su mercancía por carreteras del país perdieron hasta 92,000 mdp por este tipo de robo.
Hoy, la protección ha pasado a poner énfasis en la colocación de unidades de vigilancia física en los camiones, que puedan apoyarlos en una situación de ataque y también a mantener un monitoreo total del vehículo.
“Nosotros tenemos la capacidad de hacer un completo seguimiento del camión, desde que sale del patio de carga hasta que llega a su destino. Lo hacemos a través de herramientas como el GPS o un sistema de cámaras que se colocan dentro y fuera de la cabina del conductor, las cuales nos permiten ver en todo momento qué está pasando”, expone el ejecutivo de Prosegur, empresa que el año pasado monitoreó hasta 90,000 embarques.
Asimismo y ante una situación de dificultad, en el propio medio de transporte se colocan herramientas para evitar que pueda ser robado, y que van desde candados especiales de seguridad que se colocan en su caja hasta un botón de paro de motor que evita que pueda moverse, o incluso un sistema de gases en la cabina.
Contra el robo hormiga y el fardero
Finalmente, la tecnología también ha tocado fuertemente la seguridad de las tiendas de retail, las cuales sufren constantemente el problema del “robo hormiga” por parte de bandas de farderos que, todos los días, entran en los establecimientos y sustraen cosas.
Se calcula que, cada año, este tipo de actividades ilícitas, que afecta a prácticamente todos los establecimientos que dejan sus artículos al alcance del cliente, generan a las empresas pérdidas que superan los 13,000 mdp.
Es pensando en reducir al máximo este problema que Prosegur estableció un sistema tecnológico que permite a las compañías, en todo momento, monitorear cualquiera de sus espacios con cámaras especiales, que tienen la capacidad de ubicar cuándo una persona ha pasado mucho tiempo o ha hecho recorridos sin objetivo dentro de la tienda.
Asimismo, a través de nuevos sensores, principalmente con tecnología RFID, se le puede dar seguimiento al movimiento de cada producto desde que sale de su centro de distribución hasta que sale de la tienda, permitiendo a los vigilantes identificar bien qué artículo cruza la salida del establecimiento.
Inclusive, existe la posibilidad de que se genere, para las grandes cadenas de tiendas, información que les permita mejorar el flujo de sus consumidores y aumentar sus ventas.
“Hoy, nuestra labor ya no se limita sólo a la seguridad; éste es un tema que pasa por ver la manera de ayudar a que el negocio de las compañías sea más eficiente”, dice.
