La risa puede ser la mejor medicina contra la disminución en la productividad en las organizaciones; una asociación civil busca revertir una tendencia que arrastra a siete de cada diez empleados a una baja realización profesional, ansiedad y tristeza.   Todos permanecían callados, serios y ansiosos y, sobre todo, preocupados. La sala de juntas del corporativo de Santa Fe estaba en ese momento más fría que una funeraria y los 11 asistentes no podían ocultar ese gesto de frustración. Y no era para menos. Gerentes y subgerentes de la aseguradora esperaban la llegada del CEO, que una noche antes los había citado con urgencia. De pronto, en su lugar, entraron un hombre y una mujer maquillados con sombras rojas en los ojos y la boca, y con narices de payaso. Vino el desconcierto. Unos se asombraron. Otros (los dos gerentes que eran populares por su intolerancia), se ofendieron al pensar que se trataba de una mala broma  y, enfadados, salieron de la sala. ¿Quién se había atrevido a meter a una empresa seria a ese par de graciositos? “Aquí –pensaron algunos de los testigos del ‘bochornoso’ episodio–, se viene a trabajar…” Minutos después, ¡sorpresa!, no paraban de reír y, con alegría, se integraron a sus labores cotidianas. Ellos fueron sometidos a una terapia de la risa, que consiste en organizar, entre los empleados, dinámicas encaminadas a mejorar la comunicación, a fomentar el trabajo en equipo y a generar empatía en la oficina. Una práctica que empieza a manifestarse en las oficinas. Forbes México presenta a un grupo de personajes que tiene esa extraordinaria (y muy necesaria) habilidad de despejar las grillas y el mal humor que siempre gravitan en los centros de trabajo, que provoca ausentismo laboral  y reducen la productividad de los empleados. Según estudios de la Faculta de Medicina de la UNAM, siete de cada diez empleados experimenta baja realización profesional, ansiedad y tristeza en su ámbito laboral. Estos ocho payasos son parte de Risaterapia, una asociación civil que inicio en hospitales y ahora empieza a visitar empresas gobernadas por el caos. “Hay gente que sufre su trabajo, no lo disfruta”, dice Andrés Aguilar, fundador de este grupo. “Ello se refleja en una baja productividad (y en pérdida de dinero)”. A pesar de los avances tecnológicos, no existe un “alegómetro”; sin embargo, es un hecho que una actitud negativa en el trabajo puede afectar el bienestar y desempeño de los empleados y de la empresa. Conclusión: no te enojes, sé productivo y genera valor.   [youtube id=”JgSBtf3v2EE” width=”620″ height=”360″]

 

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