Hay una constante, y es la falsa idea que se tiene sobre lo que el poder es, por ello me di a la tarea de escribir este artículo que te ayudará a limpiar esas marañas mentales.
- Primer mito: El poder es algo que se tiene
El poder no es algo que se tenga o se deje de tener, no es una posesión,
el poder se ejerce, el poder no es una cosa, no es un objeto. Si bien existen posiciones de poder, estás se conciben por tener la facultad o la autorización de ejercerlo, mas no de poseerlo, qué diferencia hay, pues toda, la posesión del poder es algo ficticio, es la posición, postura, autoridad o rango la que lo “permite”. Por ello te digo que el poder no es un objeto, el poder se ejerce, como facultad, habilidad, o capacidad, para conseguir algo, y en este sentido tiene que ver más con la utilización del mismo, o la posición para ejercerlo.
En el caso de las personas de negocio, constantemente otorgan esta posición a sus interlocutores, o a terceros, porque nadie les enseñó a manejar el poder, y a ejercerlo, en este sentido el poder tiene tres mecanismos para su manejo, la significación, la distancia y el requerimiento, de lo cual hablaremos en otro momento.
- Segundo mito: El poder está en la actitud
Este me hace reír mucho, las personas creen que su actitud es poder en sí mismo, y esta idea les hace vivir engañadas. Siendo los mismos que creen que
la actitud es todo en la vida. Recordemos que el poder se ejerce. Pensar en poder, es pensar en verbo, en acción, en ejercicio y discúlpenme los optimistas pero la actitud no es acción. La actitud está en pasos previos a la acción. Y la puede llegar a conducir pero no podemos confundir el camino con la carreta. ¿Cierto?
En el caso de las personas de negocio,
la actitud siempre será importante pero no más que las acciones, y que la práctica de sus capacidades, habilidades y ejercicios, donde finalmente se ejerce el poder.
- Tercer mito: La frase trillada: “querer” es “poder”
Nuevamente regresamos a la idea anterior, pero aquí todavía más engañada y tergiversada, pues para “acabarla”, pasamos todavía más a la inconcreción, recordemos que el poder como tal se ejerce, y aquí en esta frase coloquial, que nos enseña y marca la relación común que tenemos con el término, todavía la llevamos a un espacio de menos ejercicio, y menos concreción.
Antes al menos estaba en la actitud, en el pensamiento, pero ahora se arrastra el término, hasta el plano del deseo. Que si bien nos intenta hacer comprender una vía de concepción, termina por engañar a la mente en abstracciones erróneas del término.
Lo importante es que no se confunda la posibilidad de conseguir algo con tenerlo. Una buena actitud te abrirá posibilidades para después con tus acciones
ejercer el poder.
Pero el poder, es sólo para quienes
con conocimientos lo ejercen, lo aplican, quienes con técnicas lo hacen efectivo. En el día a día, trabajo con las esferas que lo llevan a la acción con las personas y estás se relacionan con la forma y el fondo de cómo se actúa en plano personal, en las negociaciones y en la práctica, generando con el ejercicio que las cosas sucedan.
- Cuarto Mito: Uno genera su propio poder
Este es quizá el más importante y controversial de los mitos, pues además de regresar a la idea de que el poder se tiene, se acostumbra pensar entonces que no se otorga.
Y es aquí, como lo quieran ver, que conseguimos cosas increíbles cuando “hacemos” que los demás otorguen el ejercicio o la posición de “poder”, por lo tanto no sólo lo “generamos” nosotros.
En el
plano de negocios este punto es quizá el más hermoso e impresionante, porque nos lleva a darnos cuenta el cómo los demás nos pueden ceder la “posición de poder”.
El poder es un ejercicio, un juego de posiciones, la capacidad de ejercerlo es un arte, y en distintos ámbitos, un arte en el cual se debe uno de capacitar, practicar, y aprender.
El poder en los negocios, se aplica en los conocimientos que se ejercen para crear la marca, se aplica en la estrategia, se aplica en el liderazgo para conducir a un equipo, se aplica en la negociación y en las ventas.
Y es en todos estos terrenos donde el ejercicio del poder hace la diferencia, terminándose por hacer efectivo y total.
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