- Una emoción que le de vida a nuestra fortaleza interior.
- Una acción que demuestre nuestro deseo exteriorizado.
Rompiendo paradigmas: concepción del decreto
El decreto concebido por las filosofías de la nueva era, es la construcción de un imperativo categórico que asegura a nivel mental que algo se tiene o llegará a nuestra vida.
Buscar aquello que da resultado, en ocasiones nos lleva a tener que desmentir ideas o estructuras que creíamos verdaderas. Ideas como esta pueden ser la causa que nos impide crecer.
No sólo es hacer la tarea de buscar aquello que funciona en negocios, sino también romper con lo que no; y la mayor parte de ello, en ocasiones, se encuentra en nuestra cabeza.
“El decreto” sin sentimiento y respaldo, está afectando actualmente la cabeza de muchos nuevos emprendedores y personas de negocios, cuestión que veo constantemente en mi labor.
En la nueva era existen muchas filosofías que argumentan paradigmas relacionados con “pensar positivo” para que se dé aquello que queremos. Uno de ellos es el decreto.
El decreto concebido por las filosofías de la nueva era, es la construcción de un imperativo categórico que asegura a nivel mental que algo se tiene o llegará a nuestra vida, y existe la creencia que, si lo hacemos, y lo repetimos de forma constante, esto dará resultados.
Actualmente esta forma de pensamiento hace que las personas se pierdan en la repetición de frases constantes, que muchas veces carecen de poder, por dos aspectos:
1) No existe muchas veces en las personas la fortaleza interna que respalde el poder de sus palabras
2) No hay activadores constantes en el ejercicio de su pensamiento que los lleve a accionar dicho poder, quedándose muchas veces sólo en pensamientos.
Dentro de distintos libros hemos encontrado el cómo la palabra constituye el principio creador de la realidad, no obstante, esta idea puede tener en sí misma rasgos exclusivamente de fe.
Si algo es cierto es que el poder de la palabra existe, pero también se ejercita.
Ejercitar el poder de nuestras propias palabras implica, reafirmar con nuestro sentimiento y motivación personal aquello que queremos y accionarlo constantemente hasta conseguirlo.
No hay mejor activador que cumplir con aquello que nos prometemos a nosotros mismos. Respaldándolos con acciones que permitan incrementar nuestra fuerza interior.
Romper constantemente con nuestra palabra, debilita un estado personal. Haciendo que los individuos se auto engañen en formulas sin sentido basadas sólo en la creencia, o en la repetición de frases que mellan sin saberlo, la propia fuerza emocional.
No es sólo lo que creemos y cómo lo creemos, sino como nuestra palabra hace verdad aquello que decimos o que nos prometemos, y la verdad sólo se hace presente mediante.