A tres meses de que se realicen las elecciones presidenciales, Dilma Rousseff enfocará todos sus esfuerzos al desarrollo de la infraestructura, la exploración de petróleo, así como el fortalecimiento de la educación y de la innovación.   Reuters BRASILIA  – A pocos meses de concluir un mandato marcado por un débil crecimiento del país e iniciar una reñida carrera a la reelección, la presidenta Dilma Rousseff se mostró optimista sobre un nuevo ciclo de desarrollo y apostó a una reactivación de la actividad económica en una entrevista con GloboNews. Para Rousseff, ese nuevo ciclo se centrará en la competitividad y también en inversiones en infraestructura, además de incluir un fortalecimiento de la educación y de la innovación, según comentó en la entrevista. “Es un ciclo que va a apostar en la competitividad productiva”, sostuvo. “Vamos a tener que invertir mucho en infraestructura, con asociaciones público privadas, sólo a través de la inversión privada -como es el caso de las concesiones- o la inversión pública. Es una combinación de todo”, agregó. Las concesiones ya fueron utilizadas en su mandato actual, pero el Gobierno enfrenta más dificultares de las que imaginaba y no pudo progresar todo lo planeado. Incluso después del fracaso inicial de una concesión para la que no hubo compradores, el Gobierno logró a mediados del año pasado asignar 6 de autopistas. También se otorgaron a privados proyectos en 6 aeropuertos, incluidas las terminales de Guarulhos, en Sao Paulo, y de Galeao, en Río de Janeiro. En otras áreas, sin embargo, las concesiones no han tenido éxito, como en el caso de los ferrocarriles y los puertos que aún no logran asignar obras. El Gobierno también enfrenta respecto de la inflación, que constantemente se acerca al límite de la meta del Gobierno -de un 4.5% más dos puntos porcentuales en el año-, lo que llevó al Banco Central a subir sus tasas, después de un esfuerzo de la administración para que la tasa Selic pudiese caer a mínimos históricos. Todo eso, para Rousseff, no puede ser analizado sin considerar el contexto de crisis internacional. “Lo que me parece terrible en Brasil es que cualquiera puede asumir que tenemos un comportamiento de crecimiento económico compatible con otra tendencia internacional”, dijo, refiriéndose a la crisis internacional. “Nosotros no solos una isla, esos hechos nos afectan”, agregó. La persistencia de la crisis, dijo la presidenta, afectó el ritmo de crecimiento de la mayoría de los países. Para los críticos de la política económica del Gobierno, sin embargo, parte del problema se debió al hecho de que se ha insistido con remedios que han perdido su efectividad, como los estímulos al consumo. Rousseff cree que el país está “en un proceso de recuperación” y tiene “todas las condiciones para registrar una tasa de crecimiento mayor que la de los últimos año” y apuesta a la exploración de petróleo, sobre todo en la región subsal, como un importante factor de impulso en el mediano y largo plazo. La presidenta destacó la buena situación del mercado laboral en Brasil, comparado con las tasas de desempleo que se han registrado en otros países, con la creación de puestos de trabajo en el país. Pero reconoció que el ritmo de crecimiento del empleo se debe estabilizar, “porque llegamos a un nivel cercano al pleno empleo”, sostuvo. En diversos momentos de la entrevista, Rousseff no escatimó críticas a lo que considera un sentimiento de pesimismo, que le atribuye a ella, incluso, parte del débil desempeño de la economía. “Nadie, ni ningún país del mundo, consigue mantener un crecimiento eficaz con estímulos sistemáticos -y yo no sé a qué intereses eso beneficia- de que va a haber una crisis”, afirmó.  

 

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