Rusia advirtió que no devolverá Crimea a Ucrania ni discutirá sobre el asunto con socios extranjeros, ni siquiera con el presidente estadounidense Donald Trump, quien considera que esa península península anexada del Mar Negro sea devuelta. El martes, la Casa Blanca dijo que el presidente Trump espera que Crimea sea devuelta y que el gobierno ruso reduzca “la intensidad de la violencia en Ucrania”. A pesar de estas declaraciones, el secretario de Prensa de la Casa Blanca, Sean Spicer, aseguró que Trump “posee toda la esperanza y la disposición para mantener buenas relaciones con Rusia”, que entre otros beneficios ayudarán a luchar contra los yihadistas del Estado Islámico y el terrorismo mundial. Lee: Asesor de Trump renuncia por contactos con Rusia En respuesta, este miércoles la portavoz del Ministerio ruso de Relaciones Exteriores, Maria Zakharova, reiteró lo que el presidente Vladimir Putin ha dicho desde 2014: se debe respetar la decisión de los residentes de Crimea que votaron en referéndum a favor de reintegrarse a Rusia. “No devolvemos nuestro propio territorio. Crimea es un territorio que pertenece a la Federación Rusa”, dijo Zakharova en una conferencia de prensa. Por separado, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo que “el tema de devolver a Crimea no será discutido (…) Rusia no discute sobre su integridad territorial con socios extranjeros”, de acuerdo con Reuters. Moscú sostiene que una abrumadora mayoría de personas en Crimea (más del 90%, según sus datos) votaron a favor de ser parte de Rusia en el referendo en 2014, en busca de protección de lo que el Kremlin presenta como un golpe ilegal en Kiev. A su vez, Ucrania asegura que el referendo fue una farsa y realizada a punta de pistola después de que tropas rusas anexaron ilegalmente la península. La mañana de este miércoles, el republicano Trump reiteró en su cuenta de Twitter que “Crimea fue tomada por Rusia”, y destacó que esa situación ocurrió durante administración su predecesor Barack Obama, a quien cuestionó lo “blando” que fue con este país. La anexión de Crimea en 2014 llevó a Estados Unidos y a la Unión Europea a imponer sanciones contra Rusia, lo que colocó a las relaciones occidentales con el Kremlin en su peor nivel desde la Guerra Fría. Ahora, los medios estadounidenses han destacado una posible mejoría en las relaciones entre ambos gobiernos, e incluso se ha divulgado que la administración de Trump podría negociar el retiro de las sanciones a Rusia, situación que el republicano niega e incluso provocó la renuncia de su asesor de Seguridad Nacional, Michael Flynn.

 

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