Con un año de retraso, el Cosmódromo de Votochny registró el despegue de su primer cohete este martes, un cohete primer cohete Soyuz, lo que fue calificado por el presidente ruso Vladimir Putin de un “significativo paso en el desarrollo de la cosmonáutica rusa”, informó la agencia estatal de noticias RT.
El nuevo cosmódromo se encuentra en la remota área de Óblast de Amur, en Siberia, comenzó a ser construido en 2012 y se esperaba que viera su primer lanzamiento en diciembre de 2015, pero no fue sino hasta ahora que logró concretarse. Se espera que las obras en Vothchny terminen en 2018, a un costo de 2,500 millones de dólares (mdd).
Votochny servirá como alternativa para el Cosmódromo de Baikonur, ubicado en Kazajistán, el único destinado para fines civiles y el que podría dejar de operar en 2050. Moscú espera usar la nueva plataforma de despegue al menos 10 veces por año.
Con Votochny, Rusia mejora su capacidad operativa, un tema clave para Estados Unidos, que depende de Moscú para llevar a sus astronautas a la Estación Espacial Internacional dado que los recortes presupuestarios impuestos por la administración de Obama impiden a la NASA hacerlo por sí misma. El año pasado NASA extendió su contrato con Rusia para poner a sus astronautas en órbita, en un acuerdo que cotiza cada asiento en 70 mdd (la agencia usualmente compra 6 asientos).
En agosto de 2015, el Administrador de la NASA, Charles Bolden Jr. publicó una carta abierta al Congreso estadounidense llamada “Congreso, por favor no nos hagan pedir aventón a Rusia, con amor, NASA”, en la que pedía “dejar atrás los desacuerdos pasados y enfocar nuestros esfuerzos colectivos para apoyar a la industria estadounidense –Boeing Corporation y SpaceX– para completar la construcción y certificación de sus vehículos para que podamos comenzar a lanzar a nuestros astronautas desde la costa de Florida en 2017”.
