La distancia entre el éxito y el fracaso puede ser muy corta. Y existen casos en los que una empresa, aun con finanzas saludables, ve limitado su crecimiento al descuidar aspectos como la implantación de estrategias y la gestión correcta de su capital humano.       En la gestión de un negocio intervienen muchos factores internos que marcan la suerte de su estrategia. En México abundan las empresas que son el mejor ejemplo de lo que no se debe hacer. Un análisis de las prácticas internas en las empresas con mayor éxito a nivel global revela que su auge se debe, en parte, al énfasis que ponen en la implantación de su estrategia y, en particular, en sus modelos de gestión de desempeño. Existen casos en los que empresas financieramente saludables ven limitado su crecimiento derivado de descuidos en algunos de los elementos anteriores, o en el peor de los casos, en todos ellos. En contraste, se estima que una empresa con una correcta gestión del desempeño puede llegar a incrementar hasta cinco puntos porcentuales sus resultados en Utilidades Netas (Net Income) al implementar un sistema adecuado de gestión del desempeño. Forbes México, con el apoyo de Hay Group México, empresa especializada en management y en la mejora de desempeño del capital humano, recrea un día, como muchos otros, de muchas empresas que siguen al pie de la letra las prácticas para desatender la gestión de su capital humano. 6:00 am El día comienza. La empresa desarrolló con anterioridad una estrategia y objetivos del negocio; también, la meta de ventas. Sin embargo, ningún directivo se ha dado a la tarea de bajar estos elementos al resto de los colaboradores.
  • Valor de la empresa: 100%
  • Eficacia: 100%
  • Productividad: 100%
9:00 am Los empleados entran al centro de trabajo, pero ignoran el rumbo que se ha definido para el negocio y cómo es que las compensaciones de todos están vinculadas al éxito del negocio. Tampoco saben cómo se evaluarán sus resultados. Mucho menos tienen claro un desarrollo de liderazgo.
  • Valor de la empresa: 100%
  • Eficacia: 80%
  • Productividad: 80%
11:00 am Ya es media mañana, y a través de medios internos (correo electrónico), apenas se ha comenzado a difundir información sobre la existencia de una estrategia. Consecuencia: cada área interpreta las señales de manera diametralmente opuesta, comienza la preocupación por cumplir con las tareas del día (corto plazo) y al mismo tiempo tienen que intentar cumplir con los objetivos del negocio (largo plazo) que no han terminado de entender.
  • Valor de la empresa: 100%
  • Eficacia: 50%
  • Productividad: 70%
12:00 pm Los empleados empiezan a pensar en que la hora de la comida está cerca. Los directivos no han generado el espacio y tiempo para hablar de la estrategia. El área de Recursos Humanos empieza a difundir entre los colaboradores información sobre ajustes a compensaciones. Peor aún, no ofrece bases que argumenten estas acciones. El personal de ventas, durante la mañana, realizó sus actividades cotidianas sin conciliar su actividad con la meta de ventas a largo plazo y las nuevas habilidades y competencias que pudiera requerir para mejorar sus cifras.
  • Valor de la empresa: 100%
  • Eficacia: 30%
  • Productividad: 70%
14:00 pm Es hora de salir a comer y dedicar un tiempo a asuntos personales. Nadie piensa en el trabajo ni en la estrategia, menos aún en el desarrollo del personal.
  • Valor de la empresa: 100%
  • Eficacia: 80%
  • Productividad: 10%
16:00 pm Directivos y colaboradores regresan, y la empresa sigue operando los asuntos del día, pero sin recapitular que la estrategia exige ciertas condiciones, capacidades y planteamientos para que funcione.
  • Valor de la empresa: 90%
  • Eficacia: 30%
  • Productividad: 20%
18:00 pm El personal se prepara para cubrir su horario; algunos directivos se quedan a cubrir pendientes. Algo es evidente: nadie tiene claros los objetivos de la empresa, ni la infraestructura para reforzar sus habilidades.
  • Valor de la empresa: 80%
  • Eficacia: 10%
  • Productividad: 10%
6:00 am Al día siguiente el valor de la empresa se desploma a cero al no alcanzar la meta de ventas, ni lograr sus objetivos. El clima laboral es negativo, los directivos están insatisfechos y hay poco flujo de aspirantes.
  • Valor de la empresa: 0%
  • Eficacia: 0%
  • Productividad: 0%
  Consejos para diseñar e implementar el sistema de gestión del desempeño
  • Alinear el modelo de gestión a los objetivos estratégicos.
  • Construir el modelo de acuerdo con una cultura deseada en la organización.
  • Debe ser hecho de acuerdo con los requerimientos y características de la empresa y organización; no con base a “fórmulas” preestablecidas.
  • Desarrollar capacidades y habilidades en los líderes para que el modelo pueda “vivir” en la organización.
  • Establecer métodos de reconocimiento diferenciados.
  • Definir sistemas y procesos que impulsen los comportamientos deseados.
Te invitamos a conocer la fotografía que aparece en nuestra edición de agosto. empresa1

 

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