EFE.- El gigante tecnológico surcoreano Samsung Electronics anunció hoy un beneficio neto de 7.14 billones de wones (unos 6,435 millones de dólares) en el primer trimestre del año, lo que supone un 46.2% más con respecto al mismo periodo de 2020.
La empresa logró, además, un beneficio bruto de explotación (Ebitda) de 9.75 billones de wones (8,785 mdd), lo que implica un 42.9% más que hace un año, y amplió su ganancia operativa un 45.5% hasta los 9.38 billones (8,450 mdd).
Facturó, por otro lado, en enero-marzo 65.38 billones de wones (58,905 mdd), lo que supone un incremento interanual del 18.19%.
Estos datos están en línea con los pronósticos presentados a principio de mes, y que ya en su momento estuvieron por encima de lo esperado inicialmente por los analistas.
En un comunicado, la empresa con sede en Suwon (al sur de Seúl) explicó que las “robustas ventas de smartphones y electrónica de consumo contrarrestaron los menores ingresos de los semiconductores y pantallas”.
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Su rama de semiconductores, normalmente su división más rentable, cosechó ligeros retrocesos en su beneficio operativo tanto a nivel interanual como con respecto al trimestre anterior pese a sumar buenos datos de facturación.
Las razones de este tropiezo se sitúan en el cierre de casi un mes de su planta en Austin, Estados Unidos, provocado por el temporal inusualmente fuerte que golpeó Texas en febrero.
La empresa también atribuyó el retroceso a la caída del precio de las memorias NAND.
Su división de Comunicación Móvil generó un beneficio operativo un 12.3% mayor que hace un año y un 30.7% superior que en octubre-diciembre.
Esto fue gracias a que aumentaron las ventas de sus teléfonos, tanto de sus modelos de primera línea como de los más económicos, así como de otros productos ligados al “ecosistema” móvil, como tabletas, ordenadores portátiles o dispositivos de tecnología “ponible”.
A su vez, su negocio de redes de comunicación mostró un buen rendimiento gracias a la expansión de la tecnología 5G.
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Para el segundo trimestre, la empresa espera que mejoren las condiciones para sus operaciones en el sector de los chips gracias a la persistente demanda de servidores, y por contra prevé que caigan los ingresos de su división móvil debido, paradójicamente, a la actual escasez en el suministro global de semiconductores.
