La disminución de la política monetaria expansiva en EU y la salida de capitales pone contra la pared a las economías en desarrollo para seguir creciendo.   A principios de abril, la presidenta de Brasil, Dilma Rouseff, se reunió con su homólogo Barack Obama en la Casa Blanca. En ese encuentro la mandataria brasileña habría criticado la política monetaria estadounidense, ya que el estímulo monetario para reanimar a la economía más grande del mundo provocaba un “tsunami financiero”, inundando de liquidez al país brasileño, apreciando su moneda y haciendo menos competitivas sus exportaciones. Ahora que Estados Unidos empieza mostrar algunas señales de recuperación, el presidente de la Reserva Federal, (Fed), Ben Bernanke, muestra que la disminución del programa de la compra de bonos está cerca, quizá para finales de este año. Ahora los emergentes temen que cuando la ola de liquidez retroceda, sus economías ya no tengan impulso para crecer. El retiro de capitales de las economías en desarrollo por un endurecimiento de la política monetaria estadounidense  ya fue advertido por organismos internacionales, y también mencionan que a estos países les quedan pocas balas para mantener su crecimiento. México tampoco está exento. La volatilidad causada por un posible retiro del estímulo también pegó a sus mercados financieros. La opción para el país es aguantar el temporal y engancharse a la recuperación cuando la economía norteamericana despegue.   Olas de liquidez Al detonarse la crisis, la mayoría de las economías desarrolladas aplicaron medidas no convencionales en su política monetaria para estimular su recuperación, dejando las tasas en mínimos históricos e inundando los mercados de liquidez. La búsqueda de mayores rendimientos hizo que los flujos de capital emigraran a activos de mayor riesgo, incluidos los de economías emergentes. En 2008, estos flujos de capital, incluyendo crédito bancario, no bancario, inversión extranjera directa (IED) e inversión en bolsa, ascendían a más de 600,000 millones de dólares (mdd) en las economías emergentes. En 2012 crecieron casi al doble, según datos del Instituto Internacional de Finanzas (IIF), recopilados por el Banco de México (Banxico). “El fuerte apetito por el alto rendimiento de deuda de los países en desarrollo ha sido impulsado por los bajos rendimientos en los países de ingresos altos, debido a la flexibilización cuantitativa”, indicó por su parte el Banco Mundial en su más reciente informe sobre perspectivas económicas globales “Los mercados emergentes, sobre todo los bonos, hicieron que se apreciaran más de la cuenta”, comenta Jorge Gordillo, director de Análisis Económico de CI Banco.   Se van los capitales, ya no hay ‘armas’ Pero desde que el 19 de junio, el presidente de la Fed, Ben Bernanke, indicó que la disminución del estímulo monetario podría comenzar, la volatilidad afectó a todos los mercados, incluidas salidas de capitales, debilitamiento de las monedas y presiones inflacionarias en las economías emergentes. “El aumento reciente de las tasas de interés en las economías avanzadas y la mayor volatilidad de precios de los activos, sumados al enfriamiento de la actividad interna en los mercados emergentes, se han traducido en algunas salidas de capitales, caídas de precios de las acciones, alzas de los rendimientos locales y depreciación de las monedas”, indicó el Fondo Monetario Internacional (FMI) en su actualización de las perspectivas económicas, en las que bajó el pronóstico de crecimiento a los emergentes. México también resintió las salidas de capitales, sintiéndose hasta en los fondos de retiro. En mayo y junio, el valor de mercado de las Afores bajaron 155,416 millones de pesos (mdp), pasando de 2.07 billones de pesos a 1.9 billones de pesos, de acuerdo con registros de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar).   Sin más balas, sólo queda aguantar tormenta El Banco Mundial indicó en su informe que unas tasas de interés más elevadas incrementarían el costo del capital en los mercados emergentes, lo que generaría un menor capital de inversión y a su vez desaceleraría el crecimiento, por lo que a largo plazo, el potencial de producción podría bajar entre 7 y 12%. A estas economías les queda poco margen de maniobra. Según el FMI, “la distensión monetaria debería ser la primera línea de defensa frente a los riesgos a la baja. Sin embargo, las tasas de política monetaria reales ya son bajas, y las salidas de capitales y los efectos de la depreciación del tipo de cambio en la inflación podrían también restringir nuevos recortes de las tasas”. En el caso de México no todo serían malas noticias. Si la Fed planea disminuir su programa de compra de bonos en vista de una recuperación, México puede verse beneficiado, indica Jorge Gordillo. “La buena noticia, en el caso de México es que creemos que estamos en el lado correcto de la ecuación: que si el lado de la economía de EU mejora, nosotros también lo hacemos”. Mientras tanto, parece que la época del dinero fácil se acabó y se verá en qué país permanecen los capitales, indica el especialista. “Al final (los inversionistas) verán otro tipo de cosas para invertir. Antes no se fijaban en los fundamentales económicos de los países, como les salía casi gratis fondearse, se iban a donde había más rendimiento. Cada vez se fijarán más en cómo está cada economía antes de invertir, y creemos que va a regresar el capital a México, quizá no en bonos gubernamentales, pero sí a las empresas, en IED, a la Bolsa, a lo mejor con un poco más de fundamento, porque creemos que habrá una segunda mitad de año buena para nuestra economía”.    

 

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