Los robots están sustituyendo los empleos más insospechados. En 2013, un estudio de la Universidad de Oxford advertía que 47% de los empleos podrían desaparecer por la automatización. El periodista argentino Andrés Oppenheimer se dio a la tarea de conversar con futurólogos para entender cómo es que las máquinas podrían sustituir a los abogados, médicos y hasta los meseros, la respuesta no sólo fue contundente, también enciende las alertas sobre el hecho de que no todos podrán tener una fuente de ingreso ante la evolución de la tecnología. “A la larga, la tecnología crea más empleos de los que elimina. Cuando se empezaron a hacer autos en serie los dueños de las carretas pensaron que ya no tendrían empleo, pero fue una transformación de la industria. El problema es que ahora esta transformación está ocurriendo mucho más rápidamente, la tecnología se está acelerando tanto que no nos da tiempo para reinventarnos”, dice. Oppenheimer cree que será entre 2020 y 2030 que surjan grupos de activistas anti robotización por la aniquilación de empleos que típicamente no serían sustituibles por robots.

Andres Oppenheimer (Foto: Angélica Escobar)

“Antes nadie pensaba que un robot lo pudiera sustituir a un abogado, por ejemplo, pero hoy hay servicios en línea que por una cantidad de dólares permite que dos personas se divorcien de muto acuerdo sin que intervenga nadie. Esto hará que, así como en el año 2000 surgieron los globalifóbicos, también surjan corrientes anti robots”. Los asesores de seguros y personal bancario destacan en la lista de los empleados fácilmente sustituibles, sin embargo, Oppenheimer advierte en su libro que el 80% de la labor de los doctores podría ser realizada con dispositivos tecnológicos, esto no quiere decir que la medicina desparecerá como profesión -dice- sino que los médicos deberán especializarse y familiarizarse con la tecnología cada vez más. El periodista comenta una anécdota: recientemente, el presidente Macri en Argentina recibió la noticia de una inversión de 200 millones de dólares para una fábrica cervecera, pero se trataba de una fábrica completamente automatizada que sólo requería la contratación de 22 trabajadores. “Los políticos no se dan cuenta del tsunami que se les viene. Los países emergentes serán los más castigados por la destrucción del empleo. Países como México dependen mayormente de las manufacturas y esto es lo más sencillo y lo más rápido que hacen los robots: el trabajo rutinario y repetitivo de las fábricas. Este tema debería estar en el centro de la agenda política”, advierte. Los amos de los robots Para que los profesionistas escapen a la ola de sustitución, será necesario que las habilidades se enfoquen al manejo y programación de máquinas. Oppenheimer cita un estudio de Manpower donde la empresa de reclutamiento concluye que los técnicos que sean capaces de programar, operar y solucionar problemas relacionados con computadoras y máquinas ejecutoras de procesos serán los profesionistas mejor cotizados. “Hablamos de perfiles con más estudios que los obreros tradicionales, ellos tendrán a su cargo las operaciones de los robots, las impresoras 3D y las redes de computación de las que depende el trabajo de las fábricas modernas, esos son los únicos profesionistas que están preparados para la ola que se nos viene”, concluye. El libro ¡Sálvese quien pueda! El futuro del trabajo en la era de la automatización está disponible bajo el sello Debate de la editorial Penguin Random House.

 

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