El índice final de gerentes de compras del sector manufacturero de China elaborado por HSBC/Markit bajó a 49.5 en enero desde un 50.5 en diciembre.   Reuters PEKIN.- Las condiciones comerciales para las fábricas de China empeoraron en enero debido a una merma de la producción y los nuevos pedidos, indicó el jueves un sondeo privado, señalando un débil inicio del 2014 para la segunda economía más grande del mundo. El índice final de gerentes de compras del sector manufacturero (PMI, por su sigla en inglés) de China elaborado por HSBC/Markit bajó a 49.5 en enero desde un 50.5 en diciembre, su primer deterioro en seis meses. La cifra estuvo en línea con la lectura de 49.6 reportada en la versión preliminar del PMI publicada hace una semana. Una lectura por debajo de 50 indica una contracción, mientras que por encima de esa marca señala una expansión. El dato constituye el primer índice de confianza en la economía china, de 56.9 billones de yuanes (9.4 billones de dólares), en el 2014. El sondeo indicó una debilidad en las tasas de crecimiento de la producción y los nuevos negocios, en un momento en el que las empresas recortan empleos a su mayor ritmo desde marzo del 2009. “Un inicio suave de los sectores manufactureros de China en el 2014, en parte debido a la debilidad de los nuevos pedidos de exportaciones y la ralentización de las actividades comerciales domésticas durante enero”, dijo en un comunicado Hongbin Qu, economista de China en HSBC. “Los funcionarios que diseñan las políticas deberían prestar atención a los riesgos a la baja y a los ajustes preventivos de políticas para estabilizar el ritmo del crecimiento si es necesario”, agregó. La lectura del PMI preliminar de la semana pasada, que coincidió con nuevas señales de ajustes en los mercados financieros de China, había contribuido a una caída en los mercados globales debido a que los inversores se inquietaron por el impacto a nivel mundial de una desaceleración de China. Sin embargo, muchos economistas y expertos dicen que Pekín va a actuar si la economía pierde impulso demasiado rápido, incluso si se inclina hacia un crecimiento económico más equilibrado y sostenido. Líderes chinos han prometido promover reformas para desarrollar nuevos motores del crecimiento a medida que la segunda economía más grande del mundo pierde ímpetu, afectada por un exceso de capacidad industrial, acumulación de deudas y un alza en los precios de las viviendas. Eso implicaría reducir la intervención del Gobierno para permitir a las fuerzas del mercado tener mayor influencia en la asignación de recursos, así como promover el consumo interno a expensas de la inversión y las exportaciones. El crecimiento económico anual de China se desaceleró a un 7.7% en el cuarto trimestre del 2013, frente a un 7.8% en el trimestre anterior, con lo que la expansión para todo el año fue de un 7.7%, levemente por encima de la meta del Gobierno de un crecimiento de un 7.5%. Si bien la economía superó levemente las expectativas de que su crecimiento tocase un mínimo de 14 años en el 2013, algunos economistas dicen que un mayor enfriamiento será inevitable este año, mientras los funcionarios afrontan la implementación de complicadas reformas. No obstante, la visión predominante sobre China entre los economistas sondeados por Reuters sigue siendo que Pekín logrará sostener un crecimiento económico en línea tanto con la meta de 7.5% del año pasado como con las predicciones del Fondo Monetario Internacional. Fuentes de centros de estudios han dicho que el Gobierno chino mantendría la meta de crecimiento de un 7.5% este año. El PMI mostró una cantidad reducida de pedidos de exportaciones en enero, lo que indica una debilidad de la demanda extranjera y un aumento de los inventarios.  

 

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