Para romper el llamado techo de cristal en la región latinoamericana, que impide el desarrollo de las mujeres, es necesario impulsar la autonomía política, económica y física, destacó Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). Durante su participación en el Foro Forbes Mujeres Poderosas 2017, la dirigente del organismo regional destacó que la igualdad de género forma parte de la llamada en la Agenda 2030, pero para alcanzar los objetivos planteados es necesario atacar diversos puntos débiles que se replican en toda la región. Para hacerlo, señaló, la apuesta es promover la igualdad de derechos, pero que ésta sea por naturaleza propia, no por iniciativas incompletas; así como cambiar los paradigmas actuales: “igualar para crecer y crecer para igualad”. ¿Qué se necesita para romper el techo de cristal “Se requiere autonomía política, económica y física, para romper el techo de cristal”, destacó Bárcena. En ese sentido, mencionó que deben darse y garantizar algunos esenciales como el derecho a la sexualidad y a la reproducción; así como eliminará la mortalidad materna, uno de los mayores indicadores de la desigualdad y discriminacion contra la mujer. “La mortalidad materna no se registra y eso es una expresión de la desigualdad. Muchas de las adolescentes en la región se convierten en madres jóvenes y no necesariamente por decisión propia”. Por otra parte, agregó que también es necesario eliminar la violencia en contra de las mujeres, la cual persiste pese a las múltiples iniciativas para erradicarla. Bárcena destacó que respecto a la autonomía de la mujer en la toma de decisiones aún hay diversos pendientes, ya que las mujeres actualmente no superan el 30% en ningún ámbito de poder, siendo el más destacado el Legislativo, donde ocupan un 29.9% de los espacios. Sobre la autonomía económica, resaltó que la pobreza en la región sigue teniendo rostro de mujer, con muchas de ellas en pobreza y pobreza extrema; además de las marcadas desigualdades laborales que le impiden acceder a ingresos suficientes para satisfacer sus necesidades primarias. Las mujeres superan en número a los hombres en educación secundaria y terciaria, pero en el mercado laboral el 55% recibe ingresos inferiores a un salario mínimo; además de que la brecha salarial si bien se ha reducido, actualmente es del 19%, no tendría que existir. La secretaria de la Cepal añadió que a pesar de tener un mayor nivel de instrucción, las mujeres encuentran espacios de baja productividad, que limitan su acceso a ganancias y las hace más dependientes a las transferencias (apoyos económicos). Por estos y otros elementos, dijo que es necesario implementar proyectos que contemplen la redistribución de ingresos y tiempo, el reconocimiento justo a sus tareas, que rompan el silencio estadístico y busquen una nueva ecuación entre el Estado, el mercado y la sociedad.

 

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