Cuando joven, López Tarso deseaba fervientemente conocer el Palacio de Bellas Artes por dentro: “Nunca me dejaban, o porque no llevaba una credencial, porque no tenía boleto, porque no sé qué”. Vio que en el tercer piso había una escuela de teatro: “No fui a estudiar teatro, sino a conocer”. El profesor era el escritor Xavier Villaurrutia. López Tarso lo conocía por sus poemas. “El teatro me interesó hasta que conocí a Villaurrutia. Él me guio […] Yo no quería ser actor cuando entré a la academia de teatro. No lo había pensado seriamente”.

Durante dos años el histrión fue su alumno. Comenzó el curso en 1948 y en 1950, Villaurrutia falleció a los 47 años. Este hecho aún duele profundamente a López Tarso, quien con la voz quebrada y lágrimas en los ojos recuerda a su maestro: “Yo digo, si no se hubiera muerto mi maestro, en este momento, México tendría un gran poeta. Nos perdimos de un gran poeta. Me afectó mucho”.

El poeta le enseñó, como él explica, “a pararse en un escenario con un personaje a cuestas”. “Me decía, te van a temblar las piernas y castañear la mandíbula del miedo. ‘Así les ha pasado a los más grandes actores del mundo. Ese trato con el público, sin hablar con ellos, sino a través de un personaje. Tú en el escenario, el público viéndote, ¡juzgándote!’”.

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Ignacio López Tarso, actor. 11 de noviembre de 2022. Foto: Oswaldo Ramírez.

Después, comenzaría a trabajar con el dramaturgo Salvador Novo, con José Gorostiza, André Moreau, Fernando Wagner y José Ignacio Retes, entre muchos otros. “Empecé a trabajar intensamente, porque desde la escuela de teatro me empezaron a caer oportunidades magníficas”. Interpretó obras de dramaturgos griegos como Esquilo, Sófocles y Eurípides. También del siglo de oro español –teatro en verso–, como Calderón de la Barca y Lope de Vega, entre muchos otros. “Una cantidad enorme de grandes escritores en verso”.

López Tarso, con más de 73 años de carrera, ha grabado más de 1,000 programas unitarios, series y telenovelas, como “Senda de Gloria”, “El derecho de nacer” y “Esmeralda”. Ha participado en más de 50 películas, entre las que se encuentran “Macario”, “El hombre de papel” y “Pedro Páramo”. Ha interpretado más de 100 obras: “Edipo Rey”, “Macbeth”, “Otelo”, “El Rey Lear”, “Qué tal Dolly”, “Edipo en Colono”, y más. También grabó ocho discos con corridos de la Revolución Mexicana.

“El actor no se hace en la academia; puedes tener los mejores maestros; estar en la mejor escuela […] Además de eso tu interior, tu capacidad mental, tu capacidad emotiva; eso es lo importante, y eso, se tiene”.

La pandemia no detuvo a Don Ignacio. Durante este periodo grabó, junto con su hijo, siete obras de teatro. Rompieron récord de asistencia –vendieron 1,000 boletos– bajo la plataforma boletopolis .com: “La tecnología nos ha salvado, a Juan Ignacio y a mí. Así está Susana Alexander y otros actores más que se han unido, y han aprovechado la virtualidad del medio”.

Le pregunto a Don Ignacio si tiene sueños por cumplir. “Más que sueños tengo deseos. Yo deseo llegar a los 100 años; deseo pasar de los 100 años. Muchos deseos se me han cumplido, como estrenar el siglo XXI […] Y tengo el deseo de seguir haciendo teatro”, concluyó.

López Tarso fue reconocido como Patrimonio Cultural Vivo por el Gobierno de la CDMX y es doctor honoris causa por las Universidades de Nuevo León y Guadalajara.

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