- Existe una tendencia del mercado a preferir marcas comprometidas con el medio ambiente.
- Se producen ahorros significativos al reciclar o reducir la materia prima; consideran que el desecho es a su vez materia prima, y por lo tanto tiene un valor.
- La importancia de la actitud y nivel de conciencia de todos sus empleados repercute en grandes ahorros económicos.
- El costo-beneficio de implementar soluciones ecoeficientes es indispensable para ser competitivos.
- El crecimiento en la imagen de la empresa como una marca ética y ambientalmente consciente lleva de la mano un crecimiento en las ventas.
Ser sustentable, el futuro de las empresas exitosas
El capitalismo salvaje ya no está de moda. Hoy la suerte está echada y las empresas que no adopten una estrategia amigable con el ambiente, están destinadas al fracaso.
Por Gerardo Berges*
En 1997, Bob Willard trabajaba para IBM. Después de seis meses de analizarlo, decidió mandarle una carta a Lou V. Gerstner, entonces CEO de la empresa, pidiéndole que considerara la sustentabilidad como parte de la estrategia de negocios. Su propuesta fue considerada como una petición filantrópica sin mayor importancia ni repercusión.
Años antes de la “impertinencia” de Bob Willard, en 1992, un grupo de empresarios liderados por el suizo Stephan Schmidheiny se plantearon el siguiente reto: ¿Cómo responder a las tendencias del mercado, cumplir con la normatividad ambiental y generar mayores utilidades? Sus propuestas fueron presentadas en la Cumbre de Rio de ese año, en la cual Schmidheiny fungió como líder del sector privado en la que a la fecha ha sido la reunión más significativa a nivel internacional en materia de medio ambiente.
Este desafío planteaba que las empresas debían ser más eficientes económicamente y, al mismo tiempo, ambientalmente responsables.
Fue de esta forma que se desarrolló el concepto de “ecoeficiencia”, como respuesta del sector empresarial al reto del desarrollo sustentable, y como una filosofía de administración que enlaza la protección ambiental con los negocios, creando valor. Con el tiempo esta idea ha evolucionado a lo que se podría llamar sustentabilidad empresarial.
Ganar cuidando
En 1987, la comisión Brundtland alertó al mundo sobre la necesidad de transitar hacia una forma de progreso y desarrollo económico que pudiera ser sustentable.
Aunque el concepto de desarrollo sustentable o sustentabilidad es fácil de definir, es más difícil de explicar y más complicado de aplicar ya que involucra a todos los sectores de la organización, por lo que las decisiones deben tomarse a los más altos niveles debido a la repercusión que éstas pueden tener en todos sus procesos. De lo que se trata es de realizar acciones, cambiar políticas e involucrar a todos los participantes de la empresa.
En ese entorno, el Instituto Internacional para el Desarrollo Sustentable fue más allá en la definición y sentenció que el desarrollo sustentable para una empresa significa “adoptar estrategias de negocio que cumplan con las necesidades de la organización y sus accionistas, al tiempo que protegen, mantienen y mejoran los recursos naturales y humanos que se necesitarán en el futuro”.
Por su parte, la Conferencia de las Naciones Unidas Sobre Comercio y Desarrollo (UNTAC) propuso una definición de negocio sustentable como “aquel que deja el ambiente, al final de cada periodo contable, igual o mejor que al principio del mismo”.
Este concepto de desarrollo ha cobrado tal importancia, que actualmente se puede afirmar que las empresas líderes en la observancia de parámetros ambientales son también líderes en su ramo.
Ser verde no tiene precio
Estas empresas han entendido que la sustentabilidad empresarial se traduce en un reto a la innovación, a la creatividad y a la experimentación de nuevas formas de producir y hacer negocios; en el cumplimiento de los retos mencionados, las empresas han encontrado que: