“El hombre más poderoso es el que es dueño de sí mismo.”
Séneca
El poder es un concepto ambiguo en el que caben todos los deseos y sus probabilidades. Es indefinido y se basa en las aspiraciones de los demás. De eso viven los políticos: de hacer pensar al pueblo que tendrá mayor poder adquisitivo, y a sus colegas en el servicio público los hace creer que si lo apoyan obtendrán beneficios económicos y profesionales. El poder es el motor más básico para el hombre porque tiene que ver con la supervivencia del ego. Poder nefasto Seguimos a quien creemos que nos puede dar aquello que anhelamos: amor, seguridad, información y sentido de pertenencia. La estrategia de la ley del poder nefasto es esta:- Prometa: diga que habrá algo mejor si se hace tal o cual cosa.
- Someta: castigue y limite en caso de que no se haga lo que quería.
- Rompa: destruya reglas, instituciones, amistades, valores, con el fin de que se consiga lo que quiere.
- Una: junte ideas, personas, enemigos, amigos. Establezca puentes de interés.
- Aparente: tenga prudencia en lo que diga y haga; si es bueno, que parezca bueno; si no lo es, también.
- Evidencie: tenga pruebas de que lo que hace, le conviene a los demás.
- Nunca le haga sombra a su amo. No deje de ser asertivo.
- Nunca confíe demasiado en sus amigos; aprenda a utilizar a sus enemigos. Confíe cuando así lo intuya.
- Disimule sus intenciones. Tenga buenas intenciones que sí se puedan mostrar.
- Diga siempre menos de lo necesario. Sea prudente.
- Casi todo depende de su prestigio; defiéndalo a muerte. No mate ni muera por defenderlo.
- Busque llamar la atención a cualquier precio. Asóciese a algo positivo.
- Logre que otros trabajen por usted, pero no deje nunca de llevarse los laureles. Dé el mérito a quien lo merece, será más benéfico para usted.
- Haga que la gente vaya hacia usted y, de ser necesario, utilice la carnada más adecuada para lograrlo. No pesque tiburones.
- Gane a través de sus acciones, nunca por medio de argumentos. Si no gana, argumente porqué perdió.
- eligro de contagio: evite a los perdedores y los desdichados. Sin arruinarse usted, trate de ayudarlos.
- Haga que la gente dependa de usted. Genere gente independiente que le sea leal.
- Para desarmar a su víctima, utilice la franqueza y la generosidad en forma selectiva. Tenga más aliados que víctimas.
- Cuando pida ayuda, no apele a la compasión o a la gratitud de la gente, sino a su egoísmo. Cuide que al alimentar ese ego no acabe por comérselo a usted.
- Muéstrese como un amigo pero actúe como un espía. Casi siempre sabrán que no es sincero.
- Aplaste por completo a su enemigo. Hágase amigo de sus enemigos cada que pueda.
- Utilice la ausencia para incrementar el respeto y el honor. Cuando así le convenga.
- Mantenga el suspenso. Maneje el arte de lo impredecible. ¡Sorprenda!
- No construya fortalezas para protegerse. El aislamiento es peligroso. Conviva o muera.
- Sepa con quién está tratando. No ofenda a la persona equivocada. No ofenda a nadie, aunque no sea importante.
- No se comprometa con nadie. Comprométase con quienes se comprometen con usted.
- Finja candidez para atrapar a los cándidos. Muéstrese más tonto que su víctima. El arte de la guerra se basa en el engaño, pero el arte del amor también funciona.
- Utilice la táctica de la capitulación. Transforme la debilidad en poder. Resurja de sus cenizas.
- Concentre sus fuerzas. En el punto más débil del otro.
- Desempeñe el papel de cortesano perfecto. Sin prostituirse.
- Procure recrearse permanentemente. Sanamente.
- Mantenga sus manos limpias. Y su cabeza.
- Juegue con la necesidad de la gente de tener fe en algo, para conseguir seguidores incondicionales. Tenga fe.
- Sea audaz al entrar en acción. Entre hacer y no hacer, siempre haga.
- Planifique sus acciones de principio a fin. Cuando no pueda, improvise basado en auténtica intuición.
- Haga que sus logros parezcan no requerir esfuerzos. Si no se esfuerza, haga parecer que sí.
- Controle las opciones. Haga que otros jueguen con las cartas que usted reparte. Controle mejor repartiendo pocas opciones.
- Juegue con las fantasías de la gente. Cuando acabe el juego, cuídese de no provocar rencor.
- Descubra el talón de Aquiles de los demás. Cuide que Aquiles no se dé cuenta.
- Actúe como un rey para ser tratado como tal. Sea un rey justo.
- Domine el arte de la oportunidad. ¡Practíquelo!
- Menosprecie las cosas que no puede obtener. Ignorarlas es la mejor de las venganzas. Evite preocuparse por el qué dirán, así no tendrá que vengarse.
- Arme espectáculos imponentes. Y costeables.
- Piense como quiera, pero compórtese como los demás. O júntese con quien piensa y se comporta como usted.
- Revuelva las aguas para asegurarse una buena pesca. No se moje mucho las mangas.
- Menosprecie lo que es gratuito. Pague cuando deba pagar.
- Evite imitar a los grandes hombres. Súbase a sus hombros para ver más lejos.
- Muerto el perro, se acabó la rabia. Aun así, vacúnese.
- Trabaje sobre el corazón y la mente de los demás. Y con los de usted mismo.
- Desarme y enfurezca con el efecto espejo. Cuando se lo hagan a usted, desármelo no enfureciéndose.
- Predique la necesidad de introducir cambios, pero nunca modifique demasiado a la vez. Cambie lo que se tenga y pueda cambiar.
- Nunca se muestre demasiado perfecto. Sepa que todos somos perfectos aunque nos equivoquemos.
- No vaya más allá de su objetivo original; al triunfar, aprenda cuándo detenerse. No quiera estar en guerra siempre, consiga la paz.
- Sea cambiante en su forma. Adáptese.