En 2016, los EU tuvieron 65 mil muertos por sobredosis, en 2017 fueron 72 mil y las estimaciones son muy negativas. La crisis de opioides en los EU podría causar 500 mil muertes en la próxima década. La DEA no quiere reconocer el fracaso de la prohibición y seguramente pretende seguir usando a México de piñata, pero los muertos hablan y hablan fuerte. Estas son algunas acciones que los EU podrían hacer para atender el problema: Reconocer el problema y dejar de culpar a otros por su crisis.
  1. Regular la mariguana de manera federal. Se ha demostrado que la cannabis ayuda a romper la adicción a los opioides y es un buen analgésico que no crea adicción y por tanto, un buen sustituto a los opioides y opiáceos. Cuando se regulan drogas blandas las duras tienden a desaparecer.
  2. Regular el consumo de heroína para reducir daños, siguiendo el exitoso modelo suizo: Centros de suministro gratuitos, autorizados a consumidores registrados. No hay muertos, no hay infecciones, se reducen consumos, corrupción, simulación y violencia.
  3. Limitar a su industria farmacéutica, que es la principal culpable de esa crisis.
  4. Atender problemas sociales y económicos que contribuyen a la crisis personal y social que viven muchos de sus ciudadanos.
  5. Apoyar la regulación de la amapola en México para que nuestro país produzca medicamentos y no heroína ilegal.
  6. Dedicar recursos a la prevención y la atención, no a la guerra.
  7. Desaparecer a la DEA.
  8. Regular drogas como estrategia de reducción de daños.
  9. Aceptar las soluciones.
¿Lo hará EU? No lo creo, tendrían que suceder cosas extraordinariamente positivas en su política interna y los signos actuales no van en esa dirección. Por lo menos, no en el mediano plazo. ¿Entonces qué debe hacer México?
  1. Entender que los EU no van a aceptar su problema ni las soluciones de fondo, por más lógicas y científicas que sean.
  2. Aceptar que hemos sido un chivo expiatorio y que ya no queremos serlo, aunque esto nos cree fricciones con los EU. Nuestra soberanía es primero.
  3. Seguir nuestro propio camino, defendiendo el interés público de México y no el interés perverso de la DEA y de los narco-políticos. Debemos aislar la relación con la DEA de nuestra relación con los EU.
  4. Regular toda la industria cannábica: Medicamentos, cosméticos, fibras, plásticos y sí, recreación, respetando el derecho de cada adulto a desarrollarse como mejor le parezca, como ya lo ha dicho la Suprema Corte.
  5. Utilizar un modelo de beneficio a muchos pequeños y medianos productores y vendedores, cuando menos en la marihuana. No me gustan los de control gubernamental como Uruguay. No se requiere y sí estorba.
  6. Regular la amapola con fines médicos. Producir medicamentos legales -y no heroína ilegal- para el mercado nacional y para la exportación.
  7. Despenalizar el consumo de todas las sustancias. Incorporar plenamente el modelo portugués en cuanto a consumos, prevención y atención.
  8. Explorar modelos de regulación de otras sustancias siguiendo el modelo suizo de regulación de drogas duras para reducir daños, como las meta-anfetaminas, la cocaína, etc.
  9. Manejar todo este tema desde el Congreso para evitar el desgaste del nuevo presidente y su equipo con la contraparte de EU.
  10. Quitarnos los miedos en todo esto. Sí podemos ser un país que toma buenas decisiones e incluso un líder mundial en el tema. Sí podemos tener una mejor relación con los EU a pesar de la DEA. Sí podemos ser un país pacífico que respeta los derechos humanos.
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