Reuters.- Una unidad en México de la fabricante de autos Stellantis espera resolver en unos días una queja del Gobierno estadounidense presentada bajo los términos del acuerdo comercial T-MEC, dijo la empresa tras aprobar la entrada de un sindicato independiente, una decisión que trabajadores atribuyeron a la presión de Washington.

Teskid Hierro de México, propiedad de Stellantis, dijo que la queja respecto a posibles abusos de derechos en una planta de autopartes en Coahuila está cerca de resolverse sin la necesidad de acudir a un panel de disputas.

El Representante Comercial de Estados Unidos (USTR, por sus siglas en inglés) está negociando un plan de remediación con el Gobierno de México en el tema bajo los términos del Acuerdo Comercial de Estados Unidos-México-Canadá (TMEC) de 2020, y proveerá más información en los próximos días, dijo un portavoz de la oficina en respuesta a preguntas de Reuters.

Desde 2014, los trabajadores de la planta han acusado a Teskid de colusión con la Confederación de Trabajadores de México (CTM) para bloquear su elección de un sindicato independiente, Los Mineros, y el cierre del caso por los términos del T-MEC marcaría el fin de uno de los conflictos laborales más prolongados de México.

En las últimas semanas, Teksid reconoció a Los Mineros como el sindicato legítimo en la planta y acordó volver a contratar a 36 trabajadores que dijeron que habían sido despedidos en represalia por apoyar al grupo laboral independiente.

La unidad del fabricante de automóviles ítalo-francés se convertiría en la cuarta compañía en resolver una denuncia bajo los términos del T-MEC desde el primer caso surgido en una planta de General Motors Co en el estado mexicano de Guanajuato el año pasado.

“Se ha demostrado cumplimiento de los puntos relativos a la queja”, dijo Teksid a Reuters el viernes, en referencia a su planta de 1,500 empleados que fabrica partes de hierro para vehículos pesados.

Autoridades laborales de Estados Unidos presentaron una denuncia bajo los términos del T-MEC por presuntos abusos de derechos el 6 de junio, solicitando a las entidades mexicanas que realicen investigaciones.

El 11 de julio, Teksid y Los Mineros llegaron a un acuerdo.

La acción rápida después de ocho años de conflicto ilustró cómo el T-MEC -aprobado durante el gobierno del expresidente Donald Trump- ha ayudado a los trabajadores mexicanos a desplazar sindicatos favorables a empresas establecidos desde hace mucho tiempo, en favor de grupos independientes.

Aún así, las victorias dispersas han dejado a los sindicatos dominantes de México, criticados por ser demasiado cómodos con la gerencia, instalados en la mayoría de las fábricas.

Cuando se le preguntó acerca de la denuncia de Estados Unidos, Stellantis dijo que apoya los derechos de negociación colectiva y seguirá las leyes locales. Las Secretarías de Economía y Trabajo de México no respondieron de inmediato a las preguntas sobre la queja.

Con casco azul y uniforme nuevo, Alfonso Torres, de 45 años, ocupó su antiguo lugar en la fábrica el 21 de julio, ocho años después de ser despedido.

A medida que pasaba el tiempo y otras fábricas se negaban a contratarlo, Torres acampó afuera de la planta para exigir que le devolvieran el trabajo. De regreso a su empleo, dijo que sus compañeros más jóvenes le recordaron que la lucha por un mejor sindicato valió la pena.

“¿Creen que les podemos dejar un salario como el que dejó la CTM?, preguntó, en alusión al sindicato. “Queremos algo justo”, añadió.

Torres gana 374 pesos (18 dólares) por día, aproximadamente en línea con los salarios iniciales por hora establecidos para los trabajadores estadounidenses de Stellantis.

El T-MEC tiene como objetivo reducir la gran brecha salarial entre los trabajadores estadounidenses y mexicanos, y aumentos recientes logrados por sindicatos independientes en General Motors y Panasonic tras denuncias vinculadas al acuerdo demuestran que están alcanzando algunos de sus objetivos. 

Aún así, los salarios en otras plantas se han estancado en gran medida, incluso con la inflación disparada, y expertos dicen que los trabajadores automotores locales carecen del tipo de influencia masiva que los sindicatos estadounidenses han brindado durante mucho tiempo a los fabricantes de autos de Detroit.

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Imelda Jiménez, una trabajadora de Teksid despedida que ahora es la secretaria de asuntos políticos de Los Mineros, dijo que el sindicato pronto exigirá aumentos de salarios, pero que estaba en guardia para ver cómo actuaría la planta sin el escrutinio de Estados Unidos bajo el T-MEC.

La planta podría haber tenido exportaciones gravadas si se descubriera que violaba el T-MEC, que tiene reglas laborales más estrictas que el acuerdo anterior, el TLCAN.

“Nunca antes se portaron de esta manera”, dijo Jiménez.

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