Los ciberataques a empresas, donde es secuestrada su información, a quienes en ocasiones se les ofrece recuperar a cambio del pago de un rescate, fueron padecidos por 4 de cada 10 compañías en 2022, de acuerdo con un informe de la empresa de ciberseguridad Kaspersky.
Por estos ataques, las empresas grandes pagaron un promedio de 98 mil dólares (1.6 millones de pesos), mientras que las Pymes atacadas pagaron en promedio 6,500 dólares, (unos 109 mil pesos) precisa el informe.
Sin embargo, de acuerdo con Israel Gutiérrez, directivo de la compañía de ciberseguridad A3Sec, la decisión de pagar por un rescate de información debe ser evaluada según cada caso, aunque la recomendación suele ser no hacer pagos a los delincuentes.
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“La recomendación es nunca pagar, pero en última instancia, la decisión de pagar o no debe ser evaluada caso por caso, teniendo en cuenta los riesgos y beneficios específicos para cada organización”, expone.
Entre las razones por las cuales las compañías atacadas llegan a hacer pago, Gutiérrez refiere que está el que muchas veces el secuestro de datos de las compañías implica la interrupción de operaciones, la pérdida de datos confidenciales, y el daño a su reputación.
Otras razones del pago del rescate, dijo, es porque el costo de éste en ocasiones es menor que los costos asociados con la pérdida de datos y las consecuencias de un ataque prolongado.
Pero pagar el rescate, de acuerdo con información de la empresa A3Sec, tiene consecuencias graves.
Por principio, dice, se alienta a que el delito continúe, ya que los atacantes ven que sus esfuerzos resultan rentables. Otra consecuencia grave es el riesgo de no recuperar la información a pesar del pago del rescate, ya que no existe garantía de que los atacantes restauren los sistemas una vez recibido lo que solicitaron.
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