Puede que la producción de esta bebida mexicana no esté en su totalidad en manos de empresas extranjeras, pero el destino del tequila sí. Con el mercado saturado en México, la opción para las nuevas tequileras es aprovechar sus peculiaridades y conquistar nuevos paladares.   Por Jennifer Juárez   Llera, Tamaulipas.- Al pedir un tequila en un restau­rante o elegir una botella de la estantería de una tienda de autoservicio asumimos generalmente dos cosas: que es mexicano y que está hecho en Jalisco. De hecho, una de cada tres bebidas destiladas que se consumen en el país es te­quila, lo que la convierte en la categoría líder, pero también implica saturación de mercado. Pero no todos los tequilas son jaliscienses. Guanajuato, Michoacán, Nayarit y Tamaulipas pueden producir tequila en algunos de sus municipios. Actualmente no se tienen registra­das tequileras en Nayarit; sin embargo, en Michoacán hay cuatro o cinco (y al menos dos en Guanajuato), estima el director del Consejo Regulador del Tequila, Ramón González. Aunque sólo en Jalisco la denominación abarca todo el territorio estatal. En Llera, Tamaulipas, se encuentra la tequilera 8 Mesas, que inició labores en 2013 y sacó sus primeras botellas para de­gustación del mercado en marzo de 2014. Se llama así porque desde el terreno donde plantaron sus primeros agaves en el año 2000 se veían ocho mesetas, e incluso se le nombró oficialmente Valle Ocho Mesas, según relata el presidente del Consejo de Tequilera 8 Mesas, Enri­que Rello Lara. “Algunos nos dicen: ‘no son tequi­leros, porque no son de Guadalaja­ra’”, recuerda Viridiana Cantero del Ángel, responsable de producción de la planta Tequila 8 Mesas. “Pero en Tamaulipas también se da el tequila y aquí está: ¡es tequila de Tamaulipas!”   Los jimadores tamaulipecos Llegamos al mediodía a una plantación de agave azul tequilana weber, a unos 90 minutos de Tampico. Una cuadrilla de 14 jornaleros está cargando en un camión las piñas que recogieron esa mañana. Para cosecharlas tienen que cortar las enormes hojas con un azadón filoso y luego cortar el centro de la planta don­de inicia la raíz. Copan un camión entero que con­tiene unas 20 toneladas de agave, según sus cálculos. A 25 centavos por kilo, ganarán 5,000 pesos por esa maña­na de trabajo, un promedio de 357 pesos por persona. Dicen que jimar es igual de difícil que cosechar sandías, “nomás que éste tiene espinas y la sandía no, pues, ¿ver­dad?”, dice don Martín Alemán Espi­noza, quien a sus 64 años es uno de los mayores de la cuadrilla. Tradicionalmente, estos jornaleros co­sechan plantas típicas de la región como cebolla, chile, sandía, naranja o tomate. También chapolean (quitan la maleza) la tierra y ayudan a fumigar. Cuando no hay cosechas, pescan lobina, carpa y bagre en el río Guayalejo, del que dicen que en algunas zonas hay mucho pescado. Para ellos la jima es una novedad, pues a pesar de que la región tiene denomina­ción de origen, sólo hay otra tequilera en la zona, Chinaco, que se encuentra aproximadamente a una hora de distancia en automóvil. “El agave tiene mucho que lo planta­ron, pero uno aquí se enseñó a jimar con ellos [8 Mesas]. Esta tequilera tiene poco tiempo. Nosotros comenzamos a cortarle a esta tequilera. Al principio vinieron va­rias cuadrillas de Jalisco, pero luego aquí ya se enseñó la gente”, explica Alemán. La cuadrilla es una parte de las 200 personas para las que Tequilera 8 Mesas ha generado empleos direc­tos e indirectos que conllevan sus peculiaridades. “No lo toque [la piña del agave] por­que pica”, nos recomienda un jornalero a mediodía, mientras cargan las piñas en el camión.  “Algo nuevo para todos fue que no co­nocíamos que el agave picaba. Empeza­mos todos a trabajar y después todos con una picazón”, recuerda Cantero entre ri­sas: “Ya luego nos explicaron que si sudas no te talles, que no te puedes poner agua sino que tiene que ser alcohol. Ahora cada vez que vienen visitantes es lo pri­mero que les decimos porque realmente irrita mucho la piel, incluso cuando uno se baña sigue la comezón.” jimadores_tamaulipas1

Foto: Lizeth Arauz. 

Aventurados “Una de las cosas en las que basé mi decisión de venirme fue que es una tequilera que se está aventurando a venirse a la región tamaulipeca, generar empleos, hacer crecer la economía, que se mueva otro tipo de cultivo […] es alentador”, dice el gerente de planta de la tequilera, Óscar Delgadillo Valderrama, quien en 2005 incursionó en la industria en Sauza y posteriormente en Casa Camarena, en Arandas, Jalisco, antes de mudarse a Tamaulipas. Uno de los factores a considerar tanto para el establecimiento de la empresa como para tomar un empleo en ella fue la inseguridad que azotó al estado en la última década. “No hay mal que dure 100 años ni quién los aguante, y muchos piensan que ya la inseguridad está terminando. En Ciudad Victoria de hecho platicas con la gente y ellos dicen que ya no hay inseguridad, que ya está en las carreteras. Y en las carreteras hay mucha vigilancia, mucho retén de federales, patrullas”, asegura Delgadillo. Sin embargo, el estado sigue en dis­puta entre estos dos cárteles, según dijo a mediados de agosto el Comandante de la IV Región Militar, Tomás Jaime Aguirre Cervantes. Para los fundadores de Tequilera 8 Mesas, Tamaulipas es terreno conocido donde la familia tradicionalmente ha invertido en refresqueras, el campo y un negocio de aceites y lubricantes, entre otros.   El principal consumidor El primer consumidor de tequila en el mundo no es México, como se piensa, sino Estados Unidos. “Los estadounidenses no se cansan del destilado nativo mexicano. Desde 2002 [hasta 2013], las importaciones estadounidenses de tequila han aumen­tado 83%, un ritmo promedio de 5.6% anual. Tan sólo en 2013 se vendieron más de 13 millones de cajas de nueve litros”, según un informe del mercado de tequila en Estados Unidos publicado por el Consejo de Espirituosos y Desti­lados de EU en febrero. En el mismo periodo los ingresos de los distribuidores en ese país aumentaron 111% y ese mercado cerró con un valor de más de 2,000 millones de dólares. Una de las grandes tendencias del mercado global es la transición de tomar el tequila en shots, hacia un ritual de degustarlo “como una bebida normal, no como una cosa para embo­rracharse en una fiesta universitaria”, dice Spiros Malandrakis, analista senior especialista en bebidas alcohólicas de la empresa de investigación de mercado Euromonitor International. Para gozo de los productores, las marcas más caras son las que gozan de un mayor crecimiento en Estados Unidos. Mientras que los tequilas de menos de 30 dólares tuvieron un crecimiento de mercado de hasta 60% en los últimos 10 años en Estados Unidos, las categorías de precio mayor crecieron hasta 318% en el mismo periodo. La botella de Tequila 8 Mesas cuesta alrededor de 500 pesos, con lo cual se inserta perfectamente en las nuevas tendencias del mercado. Apenas en agosto se dio a conocer que la multinacional Constellation Brands compró la tequilera también premium Casa Noble, que el guitarrista Carlos Santana tenía con otros socios. Y Patrón, un tequila que ni siquiera se vende en México, sino que es producido con fines exclusivos de exportación, es el segundo en el mercado estadounidense, con una cuota de 15%. A nivel global el líder indiscutible de la industria actualmente es Cuervo, con 21% del mercado mexicano. En 2008 Cuervo tenía el 39% del mer­cado estadounidense, pero fue perdiendo solidez hasta llegar a 29% a finales de 2013. Recordemos que en 2012 estuvo a punto de ser comprada por la empresa británica Diageo, que distribuye los exi­tosos whisky Johnnie Walker y la crema Baileys y con quienes Cuervo posee en sociedad el tequila Don Julio. Al final, Cuervo se mantuvo mexicana y con ello se evitó que la mayor parte de la producción de tequila quedara en manos de capital extranjero. Sauza, que pertenece a la multina­cional japonesa Suntory, actualmente es la segunda en México, con 14% del mercado y tiene la misma cuota en Estados Unidos. Herradura es el tercero en México, con 10%, pero en Estados Unidos no se encuentra en los primeros cinco, según datos de Euromonitor. En resumen, la industria del tequila no “es de los extranjeros”, aunque va­yan pisando los talones. La producción que corresponde a las empresas cuyo capital de origen es primordialmente mexicano es el 64.6%, y las compañías cuyo capital de origen es primordial­mente extranjero representan 35.4%, según datos de la Cámara Nacional de la Industria Tequilera. Puede que la producción no esté en ma­nos extranjeras, pero el destino del tequila sí. Con el mercado más bien saturado en México, la opción para las nuevas tequileras es buscar nichos en el extranjero. La Cámara Nacional de la Industria Tequilera prevé exportar en 2019 apro­ximadamente diez millones de litros a China, un mercado que recientemente se abrió a la categoría de tequila 100% agave que anteriormente no podía entrar al gigante asiático. El objetivo es que este país se convierta en el segundo importador de tequila. Actualmente los principales consu­midores de tequila después de Estados Unidos son Rusia y Alemania. Según Malandrakis nueve de cada diez botellas de tequila se venden en México y eu y eso representa un problema para la industria. “Hay mercado para todos”, asegura González y Tequila 8 Mesas es ahora solo uno de los jugadores con los ojos puestos en Asia y otros mercados internaciona­les, donde ser de Jalisco, de Nayarit o de Tamaulipas podría reducirse a un factor meramente anecdótico o utilizarse como ventaja competitiva. “Creo que el mercado estará interesado en la historia. Si Jalisco tienen una buena historia que vender, entonces funciona, pero si las nuevas áreas vienen con sus historias y narrativas únicas estoy seguro de que habrá mucha gente que quiera escuchar”, asegura Malandrakis. La responsable de producción de Tequila 8 Mesas ya tiene la suya, que en­treteje con la de decenas de tamaulipecos, y empieza así: “Desde poner las primeras piñas en las bandas, molerlas, extraerlas, desde un inicio aquí estamos. Todo el per­sonal está ya capacitado. Nacimos con el producto, realmente de no ser tequileros pues ya somos tequileros”. tequila_tamaulipas2_buena

Foto: Lizeth Arauz. 

 

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