Por Lauren Gensler Una coalición de bancos centrales se plantea dudas sobre la eficacia de las tasas de interés negativas, tras la decisión de los legisladores de impulsar las tasas de interés por debajo de cero en Europa y Japón. El objetivo de las tasas de interés negativas es incentivar a los bancos a dar más préstamos a tasas más bajas, ya que los bancos centrales cobran un interés a los bancos comerciales por mantener su dinero guardado en ellos. La idea es que, al final, ese ciclo estimule el crecimiento económico. Los bancos centrales de la zona euro, Suiza, Suecia, Dinamarca y Japón han recurrido a las tasas de interés negativas con la esperanza de empujar más dinero a la economía. Sin embargo, se han adentrado en territorio desconocido y ya hay preocupación sobre si las tasas de interés negativas funcionarán como se esperaba. “Existe una gran incertidumbre sobre el comportamiento de los individuos y las instituciones en caso de que las tasas se extendieran aún más al territorio negativo o se mantengan por debajo de cero por un periodo prolongado”, escribieron los economistas del Banco de Pagos Internacionales, una coalición de 60 bancos centrales, en un informe trimestral publicado el 6 de marzo de 2016. Esas dudas han florecido en los mercados. “Detrás de algunas de las turbulencias de los últimos meses se encontraba una creciente percepción en los mercados financieros de que los bancos centrales podrían estarse quedando sin opciones de políticas eficaces”, dice el reporte. Los temores sobre una desaceleración en China y la caída de los precios del petróleo también han alimentado la volatilidad salvaje en los mercados mundiales de este año. Los economistas añaden que no está claro si las tasas negativas en verdad podrán beneficiar a la economía en general a través de menores tasas de interés para las empresas y los hogares que contraten un crédito. Para empezar, tienen que ser transmitidas por los bancos. “Si la política de tasas negativas no se traduce en tasas crediticias más bajas para los consumidores finales, pierde gran parte de su razón de ser”, escriben. Con las tasas de interés negativas, las compañías de seguros y fondos de pensiones también podrían tener problemas para cumplir sus obligaciones a largo plazo, por lo que dicha política “plantea un serio desafío” a la forma en que hacen negocios. El informe fue publicado antes de la reunión del Banco Central Europeo de esta semana, en que los políticos podrían empujar las tasas de interés aún más allá de cero. En enero, el Banco de Japón se convirtió en el último banco central en llevar las tasas a territorio negativo. Mientras, la Reserva Federal de Estados Unidos subió los tipos de interés en diciembre, y no los ha tocado desde entonces, aunque no ha descartado el escenario de tasas negativas. El nuevo mundo extraño de las tasas de interés negativas ha sido objeto de mucho debate y críticas, incluso de personajes de la talla del gurú de los bonos Bill Gross, quien ha declarado que se están multiplicando como el virus del zika.

 

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