La tecnología limpia se ha convertido en un futuro probable para el país, incluso dio origen a una nueva cultura de innovación sustentable hasta hace poco no existente.   Tecnología limpia, o cleantech, es un término relativamente nuevo en el léxico emprendedor mexicano. Hace tan sólo algunos años, la noción de cleantech era prácticamente inexistente; no fue hasta que Al Gore decidiera incomodar al mundo en 2005 con la verdad sobre el cambio climático que se convirtió en el foco de varios emprendimientos y parte de la tesis de inversión de varios fondos de capital privado especializados e incluso algunos generalistas. La tecnología limpia, que incluye a todo aquel “producto, servicio o conocimiento creado para combatir los efectos del cambio climático, maximizar la eficiencia o reducir el desperdicio,” es ahora no sólo parte del lexicón, sino también parte esencial de la estrategia de crecimiento de países en desarrollo como México. En 2009, después de que la crisis financiera afectara al planeta entero, el Programa del Medio Ambiente de las Naciones Unidas (PNUMA) publicó una serie de propuestas de política pública, denominado un “Acuerdo Verde Global”  para ayudar a combatir los dos problemas que se consideraban de mayor importancia en ese momento: la crisis financiera global y el cambio climático. Este Acuerdo, que incluía de manera general una propuesta de migración a una economía verde (alejándonos de la economía gris, o de petróleo), incluía algunas recomendaciones específicas para el desarrollo de una nueva “arquitectura política internacional” alrededor de cuatro áreas, incluyendo el desarrollo y financiamiento de tecnología limpia. Este Acuerdo también se encontraba íntimamente ligado a los denominados paquetes de rescate económicos propuestos por varios países, incluyendo México, para acelerar la recuperación económica, incluyendo un componente “verde” que en algunos casos tuvo un impacto directo en el crecimiento económico posterior a la crisis. Específicamente, México dedicó parte de este paquete a financiar el desarrollo de tecnología limpia con un enfoque especial a eficiencia energética. De esta manera, una industria latente ya por varios años, se convirtió no sólo en parte de la agenda política y económica de México, sino que se volvió fuente de nuevas oportunidades para la creación de empleos, el desarrollo de capacidades y, en general, parte esencial de la estrategia de crecimiento económico de nuestro país. La tecnología limpia dio origen a una nueva cultura de innovación sustentable hasta hace poco no existente en nuestro país. La tecnología limpia en México presenta grandes oportunidades en distintas áreas, incluyendo eficiencia energética, generación de energía, manejo de residuos y tecnología agua. Desde 2009, cuando GreenMomentum y Cleantech Challenge México iniciaron operaciones en México,  hemos podido ser testigos de la evolución de estos sectores. Principalmente, hemos visto cómo han evolucionado en términos de innovación y complejidad los proyectos de generación de energía distribuida utilizando energía solar y energía eólica. Hemos visto cómo se han desarrollado modelos predictivos de eficiencia energética y sistemas de ahorro de recursos hídricos. También, hemos visto como el manejo de residuos ha evolucionado y ahora incluye la producción de gas y diésel sintético, así como también el aprovechamiento de todo tipo de residuo, orgánico e inorgánico. Tecnología del agua es otra área donde los avances logrados en los últimos años colocan a México al frente de este tipo de soluciones, incluyendo tratamiento, desalinización, purificación, recuperación y re-utilización de agua. Otros sectores como construcción, transporte y agricultura han evolucionado durante los últimos años. En construcción, la incorporación de materiales, procesos y modelos de negocio han hecho de una de las principales industrias a nivel mundial, un escaparate para la aplicación práctica de tecnología limpia, incluyendo calentadores solares, reciclado in-situ de residuos, captación de agua pluvial, así como la incorporación de materiales y procesos innovadores y certificablemente sustentables. Transporte, por otro lado, ha visto la evolución de sistemas de combustión altamente eficientes, a sistemas híbridos y, finalmente, vehículos eléctricos mexicanos. La agricultura ha cambiado también, incluyendo avances en agricultura orgánica, sino también en términos de plaguicidas, fertilizantes y sistemas eficientes de riego, siembra y recolección. Estos son sólo algunos ejemplos de cómo ha evolucionado el desarrollo tecnológico sustentable y el enfoque emprendedor y de inversión privada en nuestro país. Lo más importante quizá es el impacto que su desarrollo, financiamiento e inclusión ha tenido y continuará teniendo en el crecimiento económico y competitividad de México. Al día de hoy, la tecnología limpia se ha convertido en fuente importante de generación de empleo y desarrollo tecnológico. Además, ha permeado de manera vertical en diversos sectores incluyendo el financiero, salud, educación, construcción y transporte, por mencionar algunos. Históricamente, México ha sido un país que se ha beneficiado del desarrollo tecnológico y la adopción de nuevas tecnologías en países desarrollados. Sin embargo, por primera vez quizá, México se enfrenta a un horizonte donde las tecnologías limpias pueden ser la base del crecimiento económico y la fuente de nuevas oportunidades de empleo y creación de capacidades en México. Específicamente, dada la confluencia de diversos factores incluyendo el impulso al capital emprendedor, la institucionalización y el apoyo al emprendedurismo mexicano y la nueva cultura de innovación y colaboración que hoy en día existe en México, podemos asegurar que el futuro de nuestro país no es sólo brillante y alentador, sino también responsable y altamente probable.   Contacto: Twitter: @LaguirreGM Facebook: GreenMomentum Website: www.greenmomentum.com Blog: greenmomentummx.wordpress.com

 

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