- Primero, elige a la empresa que te va a ayudar a invertir; aquí te dejo una liga en la que puedes ver a todas las que existen.
- Segundo, acude con los documentos necesarios como son tu credencial del INE, tu comprobante de domicilio y el número de cuenta de donde tienes tu dinero.
- Tercero, firma el contrato cuando esté listo.
- Cuarto, traspasa los recursos a la cuenta que te indiquen
- Quinto, comienza a aprender.
Tengo algo ahorrado, ¿dónde invierto? ¡fácil por favor!
La mayoría de las personas terminan guardando su dinero en un banco ¿Es esa la mejor opción? ¿De verdad las demás opciones son tan complejas?
Te costó mucho trabajo y disciplina apartar esa cantidad de dinero hasta que por fin tienes algo guardado. Sientes orgullo de haberlo logrado y de haber tenido la disciplina de mostrarte como una persona bien administrada. Ahora no sabes qué hacer con ese dinero porque podrías gastarlo en un montón de cosas que necesitas, podrías comprar todo eso que te gustaría, podrías pagar algunas deudas y hasta te viene a la mente prestárselo a alguien “para tenerlo lejos de tu alcance y no tocarlo”; pero mientras tanto, decides dejarlo en el banco o esconderlo en un cajón.
Si eres como el promedio de las personas, lo que quizá no se te ocurrirá en primer lugar es invertirlo. No me refiero a esos negocios dudosos a los que quizá te han invitado porque algún familiar o algún conocido decidieron emprender, ni a esas redes de mercadeo que te prometen independencia financiera y ser tu propio jefe si te afilias. Me refiero a invertirlo en algún instrumento financiero.
¿Qué estoy diciendo? ¿A qué locura suena eso? Muchas personas piensan que esas opciones sólo son para las personas “que saben del tema”, para los grandes inversionistas o para los expertos financieros. ¿Qué es eso de la Bolsa de Valores? ¿Es tan arriesgado cómo suena? ¿Qué cosa tan rara es una Casa de Bolsa? ¿Lo hicieron tan sofisticado a propósito? “Todo eso suena más complejo que un postgrado en biología molecular, así que mejor dejo mi dinero en el banco”.
No tiene que ser así. Aquí te voy a dar cinco pasos preliminares como guía por si quieres aprender a invertir en instrumentos financieros más poderosos que tu colchón.
Antes de hablar de eso, déjame decirte que si trabajas en una empresa seria y formal, quizá ni siquiera tengas que voltear hacia afuera para invertir. Si la compañía te ofrece prestaciones de ahorro e inversión, podrían ser mejores que cualquier instrumento financiero en el mercado. De hecho, no existe nada fuera de la organización que le compita a un plan de pensiones de los que se conocen como “de contribución definida”; en este caso, primero averigua si hace una contribución “match”, que significa que por cada peso que pongas, la empresa pone otro peso, o un 50% o un 25%. Ningún instrumento financiero te dará ese rendimiento de inmediato. El único reto es que no podrás sacar ese dinero sino hasta que salgas de la compañía y cumplas las condiciones que ésta diseñó. Otra opción es una Caja de ahorros. Si tu organización tiene una, los rendimientos serán bastante buenos porque incluyen los intereses que pagaron las personas que pidieron préstamos. Por último, también un plan de acciones dentro de la firma podría ser, si existiera, una buena opción, pero aquí requieres un poco más de asesoría de alguien interno que conozca del tema.
Si no trabajas en una organización que ofrezca estas prestaciones, tendrás que buscar opciones externas de inversión y aquí es donde la cosa parece complicada, pero no lo es tanto para alguien que quiere comenzar.