Empresarios mexicanos como el magnate Carlos Slim y Germán Larrea, dos de los hombres más ricos del país, y una decena de periodistas fueron espiados durante el Gobierno de Enrique Peña Nieto (2012-2018) mediante el software Pegasus, según reveló un testigo protegido en el juicio contra el operador de esta herramienta.

De acuerdo con información de Aristegui Noticias, esto fue revelado durante el juicio contra Juan Carlos “N”, empleado de la empresa KBH Aplied Technologies Group, una red de empresas fantasma que se utilizó para comercializar en México el programa propiedad de la empresa israelí NSO Group.

Según el testigo identificado como “Zeus”, el jefe de la empresa, el israelí Uri Emmanuel Ansbacher, recibía instrucciones vía telefónica del entonces presidente Peña Nieto para espiar a personajes específicos.

En julio de 2021 una investigación de medios internacionales destapó que varios países intervinieron 50,000 teléfonos con el programa Pegasus, de los que 15,000 casos fueron en México durante el Gobierno de Peña Nieto, la cifra más alta.

El testigo afirmó que en septiembre de 2015 recibió una USB a través del chofer de Ansbacher, pues debía enviar unos archivos contenidos en ella, sin embargo, al abrir “por accidente” uno de ellos encontró unos 1,500 registros de nombres de periodistas y políticos, los cuales eran objetivo de espionaje.

Entre los nombres, reveló, estaban los de Larrea, director ejecutivo de Grupo México, Slim presidente de Grupo Carso y el hombre más rico de México, y de periodistas como Carlos Loret de Mola, Jenaro Villamil, actual presidente del Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano (SPR), Carmen Aristegui.

De acuerdo con las declaraciones de “Zeus”, Juan Carlos “N” también recibía órdenes del exsecretario de Gobernación, Miguel Osorio Chong, y el extitular del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), Eugenio Imaz Gispert, también daban indicaciones al dueño de KBH para definir a los objetivos de la intervención de comunicaciones.

Juan Carlos “N” fungió como director de Tecnología en la empresa Proyectos y Diseños VME, una de las compañías que vendió el software espía, sus licencias de uso y sus actualizaciones al extinto Centro de Inteligencia y Seguridad Nacional (Cisen); a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y a la antigua Procuraduría General de la República, hoy Fiscalía.

Los casos de espionaje han sido un escándalo en México, pues además de los revelados durante la administración de Peña Nieto, el grupo Guacamaya Leaks publicó en octubre del año pasado documentos que hackeó de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).

En ellos se revelaba que el Ejército había espiado, ya con el presidente López Obrador en el poder, a periodistas y activistas.

A esto se sumó un fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), que en abril de este año prohibió al Ejército intervenir comunicaciones de ciudadanos sin una autorización judicial.

Al respecto, el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo este martes que hay que esperar a que avancen las investigaciones para tener una opinión.

“No respetan a nadie los que espían, pero hay que esperar, hay que ver quién lo dice. Se tiene que conocer a fondo, vamos a esperar”, dijo durante su conferencia matutina desde Palacio Nacional.

Con información de EFE.

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