Por Graciela Nichols Martínez* Como sabemos, con el uso del internet en cualquier momento y área, las actividades cotidianas en su mayoría son trasferidas a las plataformas digitales, esto hace inclusión a muchos de los actos jurídicos tanto en materia civil como mercantil. Uno de los más grandes ejemplos de esto es la compra y venta que, con la creación de distintos portales “online” se ha facilitado su práctica tanto a nivel local, como internacional. Es bien sabido que, en distintas partes del mundo existe una carga tributaria exclusiva a la compraventa y que la tasa de esta misma varía dependiendo del país o incluso del Estado en el que se haga la venta y si es vendido en el mismo territorio o sale del Estado. Lo anterior es aplicado a las ventas online de forma parecida, por ejemplo: en EU, para ser mas específicos, en Texas, el Estado sólo puede obligar a un vendedor a cobrar el “Texas Sales Tax”, si el vendedor tiene domicilio físico en Texas, este puede ser, una bodega, sucursal, centro de distribución, etc. Esto da a lugar a que todas las personas que se dedican a la venta de productos “online” y que no tengan una ubicación física en el estado de Texas, no están obligados a recolectar el impuesto ya mencionado. En el año 2018, la Suprema Corte del estado de Texas otorgó permiso al estado para reforzar las medidas del “Texas Sales Tax”, siendo los detalles aún no del todo claros, pero es importante tenerlo presente debido a que se presentan dos formas en que este impuesto repercute en la compraventa “online”:
  • Como consumidor de cualquier producto por uso de plataformas electrónicas (Por ejemplo: Amazon y BestBuy), es posible que los precios de los productos provenientes del estado de Texas tengan un aumento perceptible, pues la tasa del cobro del Texas Sale Tax es del 6.25% del valor de venta y probablemente veamos reflejado este mismo porcentaje en las ventas online sin ubicación física, aunque para un consumidor pueda ser un tanto difícil poder saber si un proveedor cuenta con domicilio físico y vea un alza en el precio de productos que a cierta medida pueda parecer injustificado.
  • La segunda forma de afectación que se presenta a la aplicación del Texas Sales Tax, es a los vendedores que tengan mercancía en Texas, pues estos aparte de tener que hacer las actividades contables y fiscales relacionadas al impuesto, naturalmente también tendrán que aumentar el precio de sus productos por el porcentaje aplicado del impuesto y no se sabe con exactitud qué impacto se pueda tener en sus ventas.
En caso de no tener experiencia con el manejo de impuestos, lo más recomendado es acudir con un profesionista especializado para poder crear un plan de trabajo, puesto que es común que al atender este tipo de áreas de forma personal y directa se descuiden otras áreas del negocio, por ejemplo: publicidad, ventas, atención al cliente, etc. Al mismo tiempo es recomendable estar al tanto de cualquier publicación que pueda realizar el estado de Texas para saber desde qué fecha sería aplicable este impuesto en las modalidades referidas. (Fuente: Turbo Tax – Sales Tax 101 | Texas ComptrollerDepartmentwebpage). *Licenciada en Derecho y con Maestría en Derecho Comercial Internacional, especialista y asesora en la gestión y consultoría internacional de impuestos.   Contacto: Correo: [email protected] Facebook: facebook.com/nicholsdv Página web: nichols-velazquez.com Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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