Hacer Empresa nos exige un orden metodológico y una estructura a través de la cual se genera la riqueza. Para tener Empresa, es necesario poner orden a las actividades de Negocio.   A nivel mundial, el emprendimiento es sin duda un tema candente. Todos los países, ricos y pobres, grandes y pequeños, hablan actualmente del tema y generan políticas, programas de apoyo e iniciativas públicas y privadas para incentivar la generación de emprendimientos bajo el supuesto de que los mismos coadyuvarán a la creación de empleos, generación de riqueza y fortalecimiento de las estructuras económicas de su país. Hay mucho de cierto en estos esfuerzos. Sin duda, emprender se ha vuelto una opción de carrera para jóvenes y adultos que ven las posibilidades de encontrar empleo minadas por sus circunstancias (edad, situación de la economía, etc.). Estos son los llamados “emprendedores por necesidad”. Pero a la vez, se ha creado un segmento poblacional en el que el emprendimiento es visto con verdadera vocación. Para este tipo de emprendedores “creadores” o “recurrentes”, la generación de empresas se convierte en un fin en sí mismo. Participan en muchos proyectos, los implementan, pero la satisfacción no reside en operarla, sino en buscar una nueva oportunidad y empezar de nuevo. Ya sea un emprendedor por necesidad o un emprendedor recurrente, las necesidades de profesionalización del emprendimiento son las mismas. Si consideramos que todas, absolutamente todas, las empresas que conocemos hoy en día en algún momento fueron proyectos emprendedores, es válido preguntarse en qué consiste el éxito para sobrevivir si, según las estadísticas, el 90% de las nuevas empresas desaparecen antes del primer año de vida. Uno de los factores fundamentales del éxito es la estrategia de acercamiento al quehacer empresarial de sus fundadores. De ahí la pregunta que inicia este comentario. Un Negocio es una actividad que tiene fines lucrativos (del latín “nec-otium” o “lo que no es ocio”). Bajo esta perspectiva, no es necesario establecer procesos, diseñar estrategias ni llevar un seguimiento puntual a las actividades del negocio, que generará riqueza simplemente por llevar a cabo las acciones que le corresponden. Crucial diferencia con hacer Empresa, que, por definición, nos exige un orden metodológico y una estructura a través de la cual se genera la riqueza. Es decir, para tener Empresa, es necesario poner orden a las actividades de Negocio. Si el emprendedor se acerca a un proyecto diseñando procesos y estrategias que le permitan escalarlo de una manera ordenada desde el inicio, las posibilidades de supervivencia se incrementan. Lamentablemente, en muchos casos, la operación diaria del nuevo negocio “come” al emprendedor, y el vórtice de actividades que debe realizar para sacarlo a flote, le impiden llevar a cabo acciones de planeación o diseño de estrategias, excepto en los niveles más básicos. El emprendedor se convierte entonces en un ente reactivo de la actividad emprendedora. El verdadero reto del emprendimiento lo encontramos en el balance de las actividades de negocio con las actividades de empresa: Operar y generar riqueza Vs. Planear y diseñar estrategias para el crecimiento.     Contacto: [email protected]

 

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