En medio de un entorno de efervescencia y agudas tensiones raciales que no se habían visto desde finales de los años 60, recuperar la historia y sus figuras se ha convertido en un ejercicio crucial para renovar y legitimar las peleas del presente, particularmente cuando se percibe que libertades ganadas pueden estar en riesgo. Es en este contexto que Regina King, actriz ganadora del Oscar, dirige su primera película rescatando el encuentro de cuatro pilares culturales que dieron un impulso simbólico al movimiento de las Panteras Negras y la obtención de derechos y libertades civiles para los afroamericanos.

El debut cinematográfico de la actriz se ambienta en una noche en febrero de 1964  en la que Cassius Clay (Eli Goree), poco antes de convertirse al Islam, celebra su triunfo contra Sonny Liston en el hotel Hampton House en Miami junto a tres de sus amigos más cercanos, que como él, son auténticas leyendas entre la comunidad afroamericana: el cantante Sam Cooke (Leslie Odom Jr.), el activista Malcom X (Kingsley Ben-Adir) y el atleta y actor Jim Brown (Aldis Hodge).

Basada en una obra de teatro homónima, la película de King aborda temas que se encuentran en boga y cuya vigencia incluso llega a resonar con el reciente fallecimiento del actor Chadwick Boseman de Pantera Negra y la forma en la que las celebridades afroamericanas se ven forzadas a “jugar el juego” de los dueños de las grandes industrias del entretenimiento y la forma en la que sus propias “causas” terminan por tomar un rol secundario o, en el peor de los casos, meramente ornamental.

La película se desarrolla principalmente en un cuarto de hotel en el que la interacción entre los cuatro personajes masculinos termina por alcanzar puntos de tensión que no parecen intimidar en lo más mínimo a la directora, quien se siente en pleno control de la escena y los actores, tomando inspiración de momentos específicos en películas como 12 hombres en pugna (1957) de Sydney Lumet. Siendo un tema particularmente cercano a King, One night in Miami pretende reflexionar sobre la responsabilidad que una figura mediática ostenta dentro de su comunidad así como la forma en que los discursos públicos se convierten también en discursos privados como se lo señalan a Malcom X en la película.

Como muchos otros actores que han hecho su debut detrás de la cámara, Regina King aplica lo que ha aprendido trabajando con cineastas como Taylor Hackford en Ray (2004) e incluso dirigiendo capítulos de series de televisión como This is Us o The Good Doctor. La película cuenta con una solvencia narrativa que remite a la de hitos recientes como Talentos Ocultos (2017) saliendo de ciertas convenciones al mostrar ritos y ceremonias de la comunidad del Islam en Estados Unidos cuando Cassius se convirtió en Ali. One night in Miami es una película que detonará conversaciones sobre sus temas más que sobre la película en sí.

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

Siguientes artículos

Reinicio de Clases Educación a distancia Ciclo escolar
Requerimos manzanas virtuales
Por

“En unas semanas de confinamiento hemos avanzado lo que hubiéramos avanzado en un lustro en condiciones de normalidad…”...