Reuters.- Al menos 31 personas resultaron heridas este jueves por disparos del Ejército israelí con municiones reales y balas de goma, informaron médicos, durante protestas palestinas en la Cisjordana ocupada y en la Franja de Gaza. Estos enfrentamientos se producen después de que Estados Unidos reconoció a Jerusalén como capital de Israel, decisión rechazada por aliados y adversarios. Lee también: Países árabes, Europa y la ONU rechazan a Jerusalén como capital israelí En las ciudades cisjordanas de Hebrón y Al-Bireh, miles de manifestantes marcharon con cánticos como “Jerusalén es la capital del Estado de Palestina”, dijeron testigos. Algunos palestinos arrojaron piedras a soldados. Once manifestantes fueron alcanzados por municiones reales y otros 20 por balas de goma, afirmaron médicos. Una portavoz militar indicó que los soldados habían utilizado “equipamiento antidisturbios” contra cientos de personas que arrojaban piedras. En la Franja de Gaza, decenas de manifestantes se congregaron cerca de la valla fronteriza con Israel y lanzaron piedras a los soldados que estaban al otro lado. Siete manifestantes resultaron heridos por los disparos, uno de los cuales está en estado crítico, dijo el Ministerio de Salud. Cuatro personas resultaron heridas por armas de fuego en Cisjordania y otras 20 por balas de goma, dijeron funcionarios de salud. El Ejército israelí indicó que dos misiles habían sido lanzados hacia Israel desde la Franja de Gaza, controlada por Hamas, pero que no habían cruzado a territorio israelí. Asimismo, reportó que estaba reforzando las tropas en la ocupada Cisjordania. Las autoridades palestinas convocaron a una huelga general en protesta por la declaración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sobre Jerusalén. Se espera que el viernes, durante el “Día de furia” convocado por diversos grupos se produzcan manifestaciones cerca de puestos de control israelíes en Cisjordania y a lo largo de la frontera con Gaza. No te pierdas: Hamás convoca a un levantamiento palestino contra Israel Las plegarias del viernes en la mezquita musulmana de Al-Aqsa en Jerusalén también podrían ser un punto de conflicto. Nasser Al-Qidwa, colaborador del presidente palestino Mahmoud Abbas –respaldado por Occidente– y un importante funcionario en el partido Fatah, instó a los palestinos a realizar protestas, pero dijo que éstas debían ser pacíficas. Abbas se reunió este jueves con el rey jordano Abdullah, cuya dinastía es una tradicional guardiana de los sitios sagrados de Jerusalén. Jordania es un firme aliado de Estados Unidos, pero ha desestimado la decisión de Trump como “legalmente nula”. Miembros de grupos armados, incluyendo algunos de la facción Fatah del presidente palestino Mahmoud Abbas, aparecieron en una conferencia de prensa en Gaza, con sus rostros tapados por máscaras, y llamaron a la reanudación de la resistencia armada en Cisjordania. Israel considera a Jerusalén su capital eterna e indivisible. Los palestinos quieren que la capital de un Estado independiente palestino esté en el sector oriental de la ciudad, que Israel capturó en la guerra de Medio Oriente de 1967 y se anexó en una medida que nunca fue reconocida internacionalmente.

 

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