El presidente Donald Trump canceló el acuerdo de Estados Unidos con Cuba y echó por la borda los avances de la administración actual para reactivar la economía del país caribeño. “Desde este momento cancelo el pacto del gobierno anterior con Cuba”, dijo el político republicano desde el barrio de La Pequeña Habana, en Miami, Florida. La orden ejecutiva restablece las restricciones a los viajes de turismo e intercambios comerciales. El magnate inmobiliario dijo: “lograremos una Cuba libre”. Según Trump, las políticas entre Obama y el presidente Raúl Castro desfavorecen al pueblo cubano y, en su lugar, impulsan al régimen cubano. El anuncio no significa una reversión total de las relaciones entre ambos países que comenzó en diciembre de 2014, recordó la cadena británica BBC. Este endurecimiento se aproxima más a las propuestas de los republicanos de origen cubano, como Marco Rubio, que ve al gobierno castrista una dictadura que viola derechos humanos. La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) pidió que los gobiernos establezcan un diálogo para solucionar sus diferencias. “El Gobierno de México reitera su amistad y solidaridad al pueblo cubano, y la voluntad de seguir trabajando con el Gobierno de Cuba en los muchos temas de interés común”.   El embargo económico Estados Unidos prohibió las transacciones financieras con decenas de empresas administradas por el corporativo GAESA, compañía del Ejército cubano que opera decenas de hoteles, transportación turística, restaurantes y otros servicios, precisó la agencia AP. Nuevamente se requerirá que la mayoría de los estadounidenses que visiten la isla lo hagan como parte de grupos turísticos organizados por compañías estadounidenses. Debido a que las reglas de Cuba requieren que los grupos de turistas cuenten con guías proporcionados por el gobierno y utilicen autobuses del Estado, la medida le ha dado al gobierno cubano prácticamente control absoluto del itinerario de viaje y ha canalizado muchos de los ingresos a las empresas estatales. El expresidente estadounidense eliminó el requerimiento de tours, permitiéndoles a decenas de miles de estadounidenses reservar sus viajes e invertir su dinero en propietarios independientes de posadas, restaurantes y conductores de taxis. La embajada de Estados Unidos en La Habana, que se reabrió en agosto de 2015, permanecerá como un puesto diplomático completamente operativo. Trump tampoco revertirá la decisión de Obama de poner fin a la política de “pies mojados, pies secos” que permitía que la mayoría de los inmigrantes cubanos que llegaran a Estados Unidos permanecieran en el país y eventualmente se convirtieran en residentes permanentes legales, añadió la agencia informativa estadounidense.

 

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