El estadounidense Donald Trump y el ruso Vladimir Putin tuvieron una segunda reunión en la cumbre de líderes del G-20 este mes en Alemania, la cual no fue revelada y ha generado una serie de suspicacias en el contexto de la crisis que atraviesa el gobierno del republicano por los señalamientos de una presunta intervención de Moscú en las elecciones presidenciales de noviembre pasado. Dicho encuentro lo confirmó el martes por la noche un funcionario de la Casa Blanca, quien agregó que en realidad no se trató de una reunión adicional al encuentro bilateral que sostuvieron durante dos horas el 7 de julio, sino de una breve charla durante una cena que ofreció la anfitriona Angela Merkel, canciller alemana. De acuerdo con la versión de la Casa Blanca, se trató de una breve charla cuando ambos asistieron a una cena con los líderes del G-20. El mandatario ruso se sentó junto a la primera dama Melania Trump, y al finalizar la misma el magnate republicano se acercó y habló brevemente con Putin. No obstante, no se habría notificado dicha conversación, la cual fue revelada inicialmente por el presidente de Riesgo Político de la consultora Eurasia Group, Ian Bremmer, quien aseguró que el presidente estadounidense se levantó de su silla y pasó alrededor de una hora hablando con el líder ruso –el cual recibió diversos elogios de Trump durante la campaña presidencial–. “Hubo una cena reservada únicamente para parejas en el G-20. Hacia el final, el presidente (Trump) habló con Putin en esa cena”, dijo el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Michael Anton, a la cadena CNN.
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Foto: Cortesía G-20 (Bundesregierung/Bergmann).

Además, Bremmer resaltó que mientras Putin se encontraba acompañado de su traductor, Trump no contó con uno, lo que calificó como “una violación del protocolo de seguridad nacional”. “No hubo asesores ni miembros del gabinete presentes, para ninguno de los países”, con la excepción de los traductores, agregó Anton, quien dijo que no podía hablar sobre el contenido de la reunión porque los mandatarios estaban prácticamente solos. La Casa Blanca dijo que el traductor asignado a Trump hablaba japonés, dado que se sentó junto a la esposa del primer ministro japonés, Shinzo Abe, y para cuando habló con Putin, ambos líderes usaron al traductor ruso. La revelación de esta reunión podría crear nuevas preocupaciones en momentos en que el Congreso y un abogado especial investigan las acusaciones de las agencias de inteligencia de Estados Unidos sobre si Rusia intervino para ayudar a Trump a ganar la pasada elección. La situación generó una nueva molestia a Trump, quien a través de su cuenta de Twitter calificó el hecho de “fake news”, así como de una acción “siniestra” y “enfermiza”, ya que se trató de una cena en la que estuvieron todos los líderes del G-20 y sus cónyuges. Los mandatarios tuvieron un encuentro bilateral de dos horas el 7 de julio, y en éste Trump indicó que el presidente ruso negó las acusaciones en su contra sobre una supuesta orden para incidir en las elecciones presidenciales de Estados Unidos realizadas el año pasado. Las interacciones de Trump con Putin se han mantenido bajo los reflectores debido a las acusaciones de una presunta intervención rusa en las elecciones de EU a favor del republicano, situación que se ha mantenido latente en los primeros seis meses de la nueva administración de la Casa Blanca, y que ha tenido incluso fuertes impactos en su más cercano círculo de colaboradores.

 

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